Despedida de nuestros Hermanos Carmelitas



Desde el pasado día 16 de Junio, teníamos en Santiago a nuestros Padres Carmelitas haciendo una experiencia de apostolado que resultó preciosa. Preciosa en lo que toca a las confesiones en la Catedral, y preciosa en la dimensión orante de las tardes de adoración al Santísimo en nuestra Iglesia.
 
 
Durante estos meses han vivido en una casita pequeña que nos recordaba no solamente la estrechez de Duruelo, sino también los primeros tiempos de la fundación de nuestro monasterio, cuando los Padres Carmelitas de Castilla, confesores de la Comunidad, vivieron en gran pobreza e incomodidad, tal y como lo narra la misma M. Mª Antonia:
 
 


Se acomodó una de las dichas casucas, hospedería para nuestros dos padres confesores. Con suma estrechez y trabajo están los pobres en ella, por estar más cerca y a mano para cuidar de las pobres hijas en Cristo. Y por querer imitar a nuestros santos padres primitivos, no permitieron que les buscáramos en otra parte mejor casa para la habitación de sus reverencias. Y aún con ser tan pobre, reducida y estrecha, que nos han dicho que lo es mucho gente de afuera que ve la casa, que se admira de verlos en tanta estrechez y con tanto trabajo para revolverse en ella [...] se contentan y acomodan en ella como si fuera en la mejor casa de esta ciudad[...] .Y están sus reverencias como los dos padres que nos asisten, muy conformes y contentos, a imitación de aquellos nuestros santos padres de Duruelo.


Que sea el Señor alabado por todo el espíritu que les comunica a los que nos trae aquí para pasar por estos trabajos de estos pobres principios. Que a ninguno, así de los primeros como de los segundos, hemos oído la menor queja en punto de casa, de sus descomodidades, como de lo demás, aunque sabemos que padecen bastantes cosas; aunque de comer –bendito sea Dios– hasta ahora no les ha faltado. Pero no está todo el trabajo en que falte el alimento, que para almas penitentes, como lo son los dos padres que nos asisten, con poco se contentan. (Autobiografía, T II f.268-269).
 
 
 
Al fin, pasado el tiempo previsto, clausuramos la experiencia con una Eucaristía presidida por nuestro P. Provincial, el domingo 29 de Septiembre, llenas de gratitud por este tiempo que el Señor nos concedió de cercanía y comunión espiritual. No podemos menos de terminar con las mismas palabras y deseos de la M. Mª Antonia:
 
 Nuestro Señor los lleve adelante en toda la perfección y espíritu con que han sus reverencias empezado, para mucha gloria de su Majestad y terror del infierno. (Ibídem)
 
 
 
 
 

Fecha memorable en la vida de la Madre María Antonia


Vía Crucis en la Iglesia del Carmelo.
6ª  Estación. La Verónica
Quince de Septiembre. En este día,
año 1730, llega María Antonia a Santiago con sus jóvenes compañeras para su primer intento de fundación. Aniversario que recordamos dando gracias al Señor por tantas gracias derramadas sobre su alma. Ella dice que, lo mismo que Jesús llevó su Cruz  hasta el Calvario, así ella salió de Madrid cargando con su cruz hasta Santiago, para ser allí crucificada con Él. En el mismo día del año siguiente, 1731, abandona la ciudad para regresar a Madrid. Año saturado  de gracias en medio de un aparente fracaso que, sin embargo, constituye una cumbre extraordinaria de su vida.

Añadimos hoy unos párrafos más de la biografía de la Madre, colocados en su lugar respectivo (BIOGRAFÍA ).

Que la Madre María Antonia nos alcance por su intercesión aquel amor de Cristo que la movió a seguir sus pasos con decisión inquebrantable hasta el fin.