¡Tercera y última parte de: “una esperanza colmada”…!













        Mal rematada se quedaría esta crónica –que por su especial relevancia se ha merecido una tan extensa narración en nuestro Blog- si no la concluyéramos compartiendo con todos ustedes la última etapa de esta fiesta inolvidable. Bien se nos decía aquel sábado del día 2 del corriente que “esto es como un anticipo de lo que será su beatificación”, y con esta íntima convicción de que “sí que la veremos, por la misericordia de Dios”, pasamos a narrar la última etapa de esta Fiesta, que podríamos denominar la “fiesta popular”, donde todos tuvimos ocasión de dar rienda suelta a las emociones que se habían ido agolpando en nuestro corazón durante las celebraciones anteriores dentro de la Iglesia. No pensemos que por ser “popular” tendríamos que considerarla más irrelevante; ¡todo lo contrario! 
   A decir verdad, cuando nuestra Madre Priora preparaba estos sencillos espectáculos finales, nos comentaba que lo hacía porque nuestra Madre María Antonia se merecía todo el esplendor y el reconocimiento de sus co-paisanos –en este caso, gallegos, la mayoría-. Y nos recordaba cómo la misma María Antonia se había derretido de gratitud con motivo de la Profesión religiosa de su hija Leonor en las Madres Dominicas de la villa de Loeches. En aquella ocasión, comprobó con una emoción que rayaba en lágrimas de alegría, cómo no sólo el pueblo, sino las villas comarcanas y sus bienhechores de Madrid, prepararon a la jovencita profesa una fiesta digna de recordarse toda la vida. Escuchemos los testimonios de la propia Madre:

        “Pues con la ocasión que iba diciendo, toda la familia de las dos casas de dichos dos señores, con ellos mismos, se fueron a Loeches a celebrar la Profesión de mi hija: la que me había dado el Señor tan linda, que no la veía persona alguna de las que allí concurrían, que no viniese diciendo mil alabanzas de la tal monjita. Una señora que fue de propósito a verla desde Alcalá, vino tan prendada de ella que decía mil locuras […]. Hiciéronse grandes funciones en su Profesión, pues todo el lugar de Loeches tenía dispuestas comedias y otras cosas de regocijo; y toda la gente de aquellos lugares comarcanos se despoblaron por ir a dichas funciones que tenían los moradores de aquella villa, porque todo esto me dijeron, para que yo alabase a Dios en ver cómo nuestro Señor honraba a su nueva esposa; que no se pudo bien hacer la función de la Profesión porque el concurso de gente que acudió a la reja que estaban unos sobre otros Siendo así que es de bastante altura la que tiene aquel convento en el coro, que llega de arriba abajo- y toda dando voces, alabando a Dios de verla” (Auto., ff. 67v-68).
"Los Fuegos del Apóstol", en la Catedral de Santiago,
todos los  24 de Julio, ante multitud de peregrinos.
      Concurrió a la función desde todos los lugares comarcanos mucha gente, que apenas dicen podía la chica verse libre de tantas como la abrazaban el día que salió a libertad; y su padrino, el señor don Gregorio, se portó en todo como si fuera hija propia de su merced; con mucha bizarría y esplendidez lo ha gastado, convidando a toda la gente principal del lugar. Se debieron, según me han dicho, de volver todos locos por celebrar la profesión de la chica, con tanta pólvora y comedias y autos sacramentales, que el lugar por su devoción salió de sí el día del señor san Juan […] y todo se ha hecho sin desgracia ninguna. Bendito sea Dios. Se lo participo a vuestra reverencia para que me ayude a dar a su Majestad las debidas gracias, que sin méritos míos, nos hace tales beneficios” (Carta a su discípula María Manuela, priora en Salamanca, escrita desde el Carmelo de Alcalá -14 de Julio de 1743-).

# # #

       Esto mismo queríamos preparar nosotras, con reconocimiento, y con el apoyo de todos los que participaron en los festejos, para celebrar con agasajos la Venerabilidad de nuestra Madre María Antonia de Jesús.

    Nada más concluir la Misa del señor Arzobispo, sucedió algo muy bello que nadie se esperaba. Dejamos que sea una madre de familia, que vino desde Ferrol a sus 90 años a celebrar estos eventos, la que nos lo comente: “Yo estaba en la parte de delante de la Iglesia, y cual no fue mi asombro cuando veo que se iluminaban las altas vidrieras, al mismo tiempo que se abrieron de par en par las puertas de atrás del templo, y desde mi sitio se veía un trocito de cielo, todo alumbrado por los fuegos artificiales que me llenaron de alegría y sorpresa. Al mismo tiempo, haciendo semicírculo en la entrada del atrio, unos gaiteiros y gaiteiras –monísimas- despertaban una gran alegría”. 

 Son palabras sencillas, pero creemos que reflejan muy bien de lo que se trataba. Efectivamente, los "Fuegos" pretendían ser cauce de expansión para toda esta buena gente que, desafiando un atardecer de intenso frío, aunque sin nada de lluvia, se había trasladado hasta el Carmelo de la Madre María Antonia para dedicarle a ella todo su amor y simpatía. 
 El grupo enormemente nutrido de los cuntienses estaba totalmente feliz. Ellos, que tanto han colaborado a realzar en estos últimos años la Fama de Santidad de Madre María Antonia, venían acompañados por el Grupo musical de Gaitas y Baile Tradicional de la misma Villa. Hay que hacer notar que se les había hecho una modesta petición de si podrían participar "unos tres gaiteiros junto a un tambor", pero el Grupo, al conocer el motivo por el que se les pedía esta actuación, se apresuró a decir que ¡venían todos! No sé si exactamente eran todos, pero desde luego 16 artistas sí que estuvieron alegrando con la belleza inigualable de sus gaitas y percusión los momentos en que el resto de los invitados pasaban a la Salle, enfrente de nuestro convento, a tomar unos pinchos y aperitivos, aprovechando este distendido encuentro para departir y disfrutar recordando cada uno de los presentes aquello que más le había “tocado” durante toda la tarde…

      En el transcurso de la merienda, se encontraron nada menos que cuatro personas que estarán especialmente implicadas en la preparación de la edición y publicación de los Escritos de Madre María Antonia: P. Romano Gambalunga, P. Rafael Pascual, don Antonio Pena Abal, y don Carlos Fdez. Touriño. Este último, acaba de transcribir íntegramente toda la Tesis Doctoral del Carmelita Descalzo P. Isidoro de San José, de tal modo que podrá accederse a ella para eventuales estudios. Pronto pondremos su enlace en la Sección Libros de este Blog.
 Retomando la crónica, decíamos que unos iban y otros venían, de tal forma que en un momento de calma, la comunidad pidió al Grupo Musical de Cuntis, si les gustaría entrar en el locutorio para saludarlos y contemplar sus preciosos trajes regionales.

   Fue un momento espléndido: "monísimas" –realmente- estaban las chicas, con sus largas faldas y delantales negros de gala; con sus pañuelos recogiendo el cabello, pañuelos venidos de Talavera de la Reina, como nos dijo alguna, es decir, verdadera artesanía textil, que nos mostraban llenas de regocijo. Pero lo más llamativo para nosotras resultaba ver sus rostros con amplias sonrisas: ¡parecía que nos conocíamos desde siempre! ¡Qué riquiñas! Desde aquí nuestra gratitud y admiración. Fue un locutorio precioso. Desde nuestro lado de la reja, escuchábamos las alegres melodías, y así, sin poder evitarlo, cuando nos dimos cuenta, algunas hermanas acompañaban con palmas el ritmo, y otras, contemplando el magnífico panorama de gaiteiros y gaiteiras, sentían que… “¡se les iban los pies!”… En fin, ¡qué precioso todo, y qué entrañable! ¡Cuántas cosas siguen existiendo en el mundo, tan buenas y tan encantadoras!

    El mismo encargado de la parte pirotécnica se portó admirablemente disponible: quiso informarse con precisión de los momentos en que debía lanzar sus bombas, y así, en el momento de la lectura del Decreto de Venerabilidad, durante la santa Misa, resonaron solemnemente en el espacio exterior, discretas y alegres. Se le vio en todo momento atento a que no faltase esta parte “sonora” de las “bombas”, ¡típicas en todas las fiestas y ferias de Galicia!


    Pensamos que nuestra Venerable Madre, allá en la balconada celeste, y acompañada de todos sus seres queridos, habrá tenido que esconder alguna lagrimilla, porque la verdad, todo era amor y admiración agradecida hacia ella…Que ahora nos siga ayudando con más intensidad si cabe, y que Dios tenga a bien realizar por su intercesión el milagro necesario para poder contarla entre los beatos de nuestra santa Madre Iglesia Universal.

¡Segunda parte de: "una esperanza comada"...!










    Tomamos el hilo narrativo que en la primera parte de esta crónica se quedó interrumpido al finalizar la charla con la que P. Romano caldeó y propició un ambiente que sería ya determinante para el resto de la tarde. Comenzaba el segundo acto del día, la celebración cantada del rezo de Vísperas de la Fiesta de la Presentación del Señor. Todos los religiosos y religiosas de la Diócesis se dieron cita para celebrar su “Jornada anual” en nuestro Carmelo. Junto a este numeroso grupo de personas consagradas, representando a sus comunidades de muy variadas Órdenes, estaban todos los fieles que seguían atentamente cuanto celebrábamos esta tarde. Mientras en Roma el Santo Padre celebraba una solemne eucaristía, nosotros iniciábamos el canto de Vísperas.


       Nuestro señor arzobispo, don Julián Barrio, fue invitado a presidirlas por el padre carmelita, Rafael Pascual que, con su capa blanca, le acompañó en todo momento. Fue una grata sorpresa para todos verlos subir al Altar para asistir y dar solemnidad a esta liturgia de las Horas.

 Muy pronto todas las voces –de dentro y de fuera: del Coro bajo y de la Iglesia- se fundieron en una única y esplendorosa alabanza. ¡Se trataba de la Fiesta de la Presentación del Señor en el Templo! Nos sentíamos “Iglesia”, Pueblo de Dios al que se nos presentaba, por manos de sus padres terrenales, el Rey de la Gloria, Jesucristo, Señor Nuestro. La buena acústica natural de que está dotada nuestra Iglesia  -Madre María Antonia era una enamorada de la música, hasta el punto de que prefería ir a la Misa (en Baiona) donde fuese cantada, música “de que no se privaba, por llevarla más a Dios”- nos ayudaba a poner mucho amor en nuestros humildes himnos y salmos, entonados en medio de un ambiente de silencio, de paz y de elevación. Teníamos al pie de la escalera del presbiterio la encantadora imagen del santo matrimonio, María y José, portando al Niño Jesús, con sus candelas en las manos…


       Resonaban las antífonas, tan apropiadas y solemnes: “Mis ojos han visto a tu Salvador” / “Hoy la bienaventurada Virgen María, presenta al Niño Jesús en el Templo” / “¡Que va a entrar el Rey de la Gloria!”... No hubo homilía tras la lectura Breve, ni tampoco las preces, pues se dirían seguidamente en la Eucaristía. Con la bendición de don Julián se finalizaron las Vísperas y se dio paso a la que iba a ser la parte principal de la tarde: la celebración eucarística.


  ¡Qué apoteósica –si se nos permite hablar así- resultó la afluencia de fieles! La majestuosidad con que comenzaron a salir procesionalmente de la sacristía los sacerdotes concelebrantes, acompañados por su Obispo y Pastor, realmente impresionaba. Para nosotras era emocionante ir reconociendo a nuestros queridos amigos tan cercanos y buenos servidores de la comunidad.

   También nos emocionaba ver a los religiosos: los Somascos, Jesuítas, Franciscanos, hijos de San Josémaría Escrivá de Balaguer, hermanos de la Salle, en fin, por momentos parecía que nos habíamos trasladado al centro mismo de la cristiandad, como si Roma se hubiese acercado a Santiago, dándole a nuestra celebración una dimensión universal. Sentíamos que no se quedaba en nosotros solos la fiesta de Acción de Gracias por la Madre María Antonia. Aquí, desde sus tierras humildes y prósperas de Galicia, ella irradiaba al resto del orbe toda la riqueza  de que Dios la había dotado. Y eso queríamos celebrarlo. ¡Por eso estábamos aquí!

Apenas pronunciado el saludo inicial por don Julián, fue muy emocionante el silencio con que escuchamos la lectura ofrecida por el padre Postulador, Romano Gambalunga OCD,  del Decreto de Venerabilidad traído expresamente desde la Santa Sede, ya con la firma del Santo Padre. Tanto la parte del texto leída en latín como las partes traducidas al castellano, suscitaron una enorme impresión. Un silencio embriagado de gozo y de paz acompañaba la lectura, que una vez finalizada, provocó el aplauso respetuoso de los presentes. Padre Romano mostró el texto con satisfacción: ¡le alegraba ser el portador de una alegría tan grande, principalmente para el pueblo gallego; es natural!

     El resto de la Eucaristía transcurrió con esa tranquilidad propia de las celebraciones sacramentales. El factor-tiempo, no parecía contar para nadie. Todos estábamos inmersos en esa atmósfera divina, donde el Señor Jesús gusta de comunicarse con cada alma. Por otra parte, prestábamos atención al contenido de todas las oraciones y ritos que se van desarrollando en cada Misa, y que tanto consuelo personal aportan a los creyentes que lo viven con esa “viva fe ilustrada” de la que María Antonia dice llegan a gozar muchas almas que están en profunda unión y contemplación de Dios.

   Hay que destacar también como importante y bello el momento en que hicimos al unísono todos los consagrados/as la Renovación de las Promesas de nuestros Votos. Tres religiosos colocaron sobre el Altar como símbolo de esta donación y entrega de nuestras vidas tres lamparitas de aceite, cuya discreta llama, fina pero incombustible, podía hacernos recordar lo que ha sido la vida de nuestra Madre María Antonia: un conjunto de finura y delicadeza espiritual en su trato con Dios y con el prójimo, unida a esa firmeza para no rechazar nunca la cruz en los momentos de adversidad que jalonan toda vida de seguimiento…

    Decimos que la participación era tremendamente pluriforme, por lo tanto, se ponía más de relieve la acogida mutua –alegre, distendida y sincera- que pronto nos hizo sentirnos una piña en torno a la figura que unánimamente queríamos honrar: la Venerable Madre María Antonia de Jesús. Esta familiaridad provocó un pequeño “milagro”. Sí, nos referimos al “milagro” de haber podido aunar el aspecto musical de la celebración, compaginando con muy buen xeito los cantos gallegos con los castellanos o latinos (pues la Misa VIII Gregoriana –de Angelis- ¡no pudo faltar en este homenaje tan solemne!). En efecto, nos comentaban después los asistentes que les llamó la atención la gran belleza que se había logrado en este sentido, y sobre todo, la espontánea polifonía que surgió “de voces mixtas” (femeninas y masculinas), en la que no podemos por menos de agradecer desde aquí la aportación del Hermano Xosé Reboiras (lasaliano), ¡que hizo de enlace perfecto entre cantores y cantoras…! 
      Es verdad que de esta manera, la participación de todo el pueblo pudo ser intensa. No olvidemos que nos acompañaban nada menos que cerca de 60 personas venidas de Cuntis, con su capellán, D. Juan Carlos Mariño a la cabeza. Se sumaban varias familias descendientes por parte materna de la Madre María Antonia: el apellido Do Campo de su madre ha devenido en Campos, a quienes el señor arzobispo saludó muy cordialmente.


     Importante y de especial sobrecogimiento resultó el momento de la Institución. En efecto, el señor Arzobispo estaba pronunciando las palabras consecratorias, y al terminar, de manera en un principio casi imperceptible, se empezó a escuchar el sonido dulce y suave de las gaitas gallegas, hacia el final de la Iglesia, tocando el Himno Gallego tradicional, pero con una discreción y “agarimo” tan bonitas que nos quedamos todos adorando el Cuerpo y la Sangre del Señor agradeciendo la delicadeza de aquella música, que nos quisieron regalar para ese instante los gaiteiros del Grupo Musical de Cuntis. Aquello parecía una liturgia celestial…

Otro momento esperado era el de la Comunión. Se cantó “El Pescador”, de Cesáreo Garabain. Podríamos decir que en vez de “a cuatro voces” fue interpretado a “infinitas voces”, porque toda la gente “sentíamos arder nuestro corazón”… ¡y la tan conocida melodía nos llevaba a hacer muy sentidas y múltiples “improvisaciones melódicas”!

     Se siguió un largo tiempo de recogimiento silencioso, ofrecido por el señor arzobispo, que sentado en la Sede, nos dio la oportunidad de recogernos a solas con el Amigo, con el Amado…

     Y llegados a este punto, al dirigirse don Julián hacia el altar izquierdo de la nave del templo, todas las miradas siguieron esa misma dirección, deteniéndose ante la imagen de un muy hermoso retrato, pintado al óleo por una de nuestras Hermanas, que se encontraba bonitamente adornado con el fondo de una tela de damasco de tono rojizo. Este cuadro fue bendecido por el señor arzobispo. Estaba destinado a ser colocado sobre la lápida que contiene los restos mortales de María Antonia, realzando así el lugar donde se encuentra, restos que con el complemento de este lienzo podrán ser visitados y venerados por los fieles.

   El coro entonaba, mientras se colocaba el cuadro en su sitio, un canto en gallego que parecía haber sido compuesto expresamente para María Antonia, ella que en su camino de conversión escuchó desde un Crucifijo decirle sensiblemente Jesús: “¡Sígueme!”: “Pronunciaches o meu nome o decirme sígueme”/ “Xa fai tempo que os meus pasos os teus pasos adaptéi / de tal xeito que o camiño é amigo dos meus pes”…/ “Coma chamas sempre ti, ti me invitaches / a seguirte, e a partir contigo o pan”Costaba que se acabase una celebración tan entrañable, pero el final había llegado… De nuevo procesionalmente, los 15 sacerdotes concelebrantes, junto con el diácono permanente, regresaron a la sacristía, tras cantar todos juntos el canto a María “Salve Raíña, Nai garimosa…”, una de las piezas magistrales del Maestro de música religiosa gallega, Feijóo.

   Y con una sensación de profundo gozo espiritual y paz interior, antes de abandonar el templo, el señor arzobispo fue saludando y departiendo con los grupos de gente que le esperaban para hacerse -junto a la lápida y el cuadro de María Antonia, con su pastor-, una fotografía-recordatorio que poder llevarse a sus casas... 

Interrumpimos aquí esta segunda parte de la crónica, pidiendo excusas por su excesiva extensión... Esperamos que sea del agrado de todos aquellos que -por vivir lejos de España-, sentirán gozo de conocer algunos pormenores que aquí compartimos, pensando en ellos. Nos resta anunciar que la última parte de este evento, la más festiva y popular, tal y como estaba previsto en el programa, la publicaremos en los próximos días… 
                                                                                            





Crónica de una esperanza que ha sido "¡colmada, rebosante, remecida!"…


Aspecto que tenía la Fundación de Madre María Antonia el día 02,
 escenario sobrio, testigo silencioso de fuertes emociones…
 “Lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que contemplamos y nuestras manos tocaron […], os lo anunciamos también a vosotros, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros […]. Y estas cosas os escribimos para que nuestro gozo sea cumplido” (1 Jn, 1-4).

Feliz "arribo" de nuestro padre Postulador,
portador de buenas nuevas sobre Mª Antonia
Detalle de la gran lona conmemorativa
Hacemos nuestra la intensa vibración contenida en estas conocidas frases de la primera Carta de San Juan, como el único modo de acertar a expresar el profundo gozo espiritual -y el deseo de compartirlo- que ha supuesto la inolvidable Jornada vivida el pasado día 2 de este mes de febrero, Jornada dedicada a la Vida Consagrada. Habíamos anunciado todas las Celebraciones con las que se había hecho el programa para resaltar y abrir oficialmente una nueva etapa de culto y veneración a nuestra Venerable Madre, pero pasado ya ese día de inolvidable recuerdo, sólo nos queda decir que nos sentimos “abrumadas” por la considerable superación y sobreabundancia de gracias que lo han caracterizado, como nos lo aseguran tantos y tantos testimonios que inmediatamente se han querido hacer presentes para decirnos sus profundas emociones, vividas al calor de María Antonia, cuya “presencia espiritual” flotaba en cada momento y en cada rincón de esta su santa Fundación, engalanada con tanto amor desbordado para recibir a tantas personas que no quisieron faltar a tan sobrecogedora circunstancia. Entre ellas, debemos destacar la de numerosas religiosas y religiosos que este año quisieron compartir su celebración en el marco de la Fiesta de la Presentación del Señor en el Templo, junto con la Fiesta de la Venerabilidad de María Antonia. Huelga decir que se trataba de una jornada dedicada a las “cosas de Dios”, sólo su Gloria y su honra interesaban, como así se puso de manifiesto en el sentir de cada uno de los presentes.
¡Espectacular resultó la llegada de todos los cuntienses,
cuyo entusiasmo y empuje para apoyar la Causa de su paisana,
ha sido tan ejemplar y alentadora siempre!
               En nuestro Blog trataremos de compartir con todos los que sienten verdadero amor y devoción hacia la Venerable Madre María Antonia -siquiera reduciéndolo a meros balbuceos-, el desarrollo de todo lo vivido en una fría tarde de invierno que no impidió en absoluto una intensidad de calor y de gozo en el alma muy superior a cuanto pudiera soñarse…

              Nos vamos a centrar en primer lugar en el Acto con que se abría el Programa: la Conferencia impartida por nuestro Postulador General de la Orden, padre Romano Gambalunga de la Transfiguración, una persona “clave” en este día, puesto que nos traía expresamente de Roma el Decreto formal firmado de la Venerabilidad de la Madre, que él mismo dio a conocer mediante su lectura en el transcurso de la celebración eucarística, como en su momento diremos.

      Antes de iniciarse los actos públicos, P. Romano junto con otro padre carmelita venido desde Calahorra –padre Rafael Pascual, experto en publicaciones teresiano-sanjuanistas, que será el orientador de las próximas ediciones de los escritos de la Venerable-, entraron en clausura para organizar y proyectar los pasos que deberemos seguir dando, siempre con el deseo de facilitar un mayor conocimiento y expansión de la figura de nuestra Carmelita. Tuvimos ocasión de mostrarle la celda de la Venerable Madre María Antonia con su rueca y su jofaina para el aseo, celda que el padre apreció como muy austera y cálida al mismo tiempo. En un momento dado, se detuvo en el amplio espacio, delante del refectorio, que está completamente construido en piedra –suelo, paredes y techo-, y tiene unos arcos preciosos, y no pudo por menos de comentar: “He visto algunos Carmelos españoles antiguos, pero en este se percibe … -¿se dice así?- una elegancia especial”. Y contemplando el exterior del edificio (“la fábrica”, como se llamaba en los tiempos de Madre María Antonia), se quedó mirando atentamente y exclamó: “¡Qué construcción tan perfecta, tan sólida!” A las que le acompañábamos se nos vino inmediatamente al pensamiento la satisfacción con que nuestra Venerable Madre habrá escuchado estos elogios, ella que dio su vida y gastó sus fuerzas en esta obra ingente de construcción de un monasterio en Compostela…

  Su conferencia se inició puntualmente. Era esperada con interés, y la asistencia fue notablemente nutrida, lo cual se podía interpretar como un pórtico que anunciaba que verdaderamente se iba a vivir una jornada eclesial muy viva y participada.  Extractamos algunas de sus ideas predominantes: explicaba él qué significado tiene este nuevo título de Venerable. “No es una medalla que se le pone a una persona”, es un Proceso en el que la Iglesia ha hecho un discernimiento que ha tenido que superar varios exámenes de consultores históricos en las Sagrada Congregación, comisión de teólogos, y finalmente en septiembre del 2018, la Sesión Ordinaria de Obispos y cardenales, felizmente superada. Es venir a decir la Iglesia, finalmente, que esta persona que ha vivido en grado heroico las virtudes cristianas, es santa. Lo cual implica decir que la Venerable Madre María Antonia es presentada ante los fieles como un modelo, un ejemplo que en nuestra vida personal puede ser tomado. Al mismo tiempo, es una persona a la que podemos pedir su intercesión.












Niños de Mª Antonia vestidos de dominicos.
Ilustración Libro"La monjita del Penedo"


Decía también el padre que esta Causa le era particularmente querida, porque en el transcurso de su estudio, algún teólogo había presentado un pequeño escollo en cuanto al momento en que la Madre María Antonia toma la decisión de pedir a su marido el permiso de separación matrimonial, y el dejar a sus dos hijos pequeños, sólo para seguir la llamada de Dios a su vocación religiosa. Este escollo –explicaba el padre postulador-, desde un punto de vista humano, podría parecer no servirnos de modelo; sin embargo, desde una vertiente de fe, se entiende su importancia, como una respuesta de fidelidad de María Antonia, que quiere cumplir siempre la voluntad de Dios, y que sabe comprender que detrás de esta renuncia, existe un designio de Dios también para los suyos, para su familia. De hecho, su hijo será Dominico, y un gran misionero en las islas Filipinas. Su hija Leonor, desde muy pequeña, siente también una llamada a la consagración religiosa. Su marido, aunque al principio no tan santo como ella, entrega su vida en la misma Orden carmelitana, donde fallece.

         Otra idea muy bella en la que nos hizo reparar el padre Gambalunga fue la actitud de María Antonia en cuanto a su fidelidad a la Iglesia. El Señor en sus visiones, le podía anticipar lo que debía hacer, y de hecho le indicaba muchas cosas. Ella lo sometía a su director espiritual, y si éste de momento no la autorizaba, a pesar de conocer que era la voluntad de Dios, María Antonia esperaba a que se diese un cambio, ya en su director, ya en el obispo. Siempre era respetuosa, esperando el respaldo de la Iglesia, lo cual sirve también para nosotros.

        Por último, el padre postulador hizo otra muy bella alusión al aspecto importantísimo de María Antonia como la primera mujer gallega mística de la historia, anunciando el proyecto de que próximamente se irán publicando sus escritos. Fue clarificadora su explicación sobre este término. ¿Qué es la mística? Todos tenemos experiencia de los contenidos espirituales que los creyentes aceptamos por medio de la fe, pero algunas personas reciben la gracia de experimentar de una manera real, notoria, esos contenidos, para estas personas –que no son muchas- se hacen realidad. Entonces el místico está en contacto directo con una serie de experiencias que se salen de lo normal, pero que son reales, no fruto de la psicología o la imaginación. Al finalizar su charla, que resultó sumamente interesante y amena-, felicitó con gran cercanía y énfasis a todo el pueblo de Dios gallego por contar con una santa que es precisamente mística y que ha escrito tanto, dejando así una riqueza acumulada que honra a la Iglesia particular de Galicia.

         Y así, siempre dentro del buen ritmo del horario que había sido prefijado, se dio paso a la siguiente celebración, crónica que dejamos pendiente para la próxima publicación en nuestro Blog.

Lindo retrato en lienzo sobre los Restos
que podrán ser venerados; rincón orante
para pasar ratos de intimidad con "tan buena amiga"...


Venerable Madre María Antonia de Jesús 02 de Febrero 2019




Queridos amigos e hijos de la Venerable Madre María Antonia,

Ayer hemos vivido una jornada de mucha alegría y acción de gracias. La asistencia a las celebraciones superó todas nuestras previsiones. El Señor arzobispo, 14 sacerdotes y un diácono formaron la corona sacerdotal en torno al altar y al sepulcro de la Madre; muchos religiosos, familiares y amigos. La lectura del decreto de Venerabilidad, los cantos, el sonido de las gaitas… ambientaron la celebración con un aire muy “da nosa terriña”. La homilía de D. Julián cercana y cariñosa. En los momentos “cumbres” las bombas se hicieron eco de nuestra alegría. La bendición del cuadro, la actuación final de los gaiteros y los fuegos artificiales a la salida de la iglesia pusieron un lucidísimo broche final a nuestros festejos. Todo eso lo pueden disfrutar y compartir con esta primera entrega de grabación que hemos recibido, tan pronta y amablemente del incansable difusor de la figura y fama de santidad “da Monxiña do Penedo”, D. Antonio Pena Abal. En breve pondremos a vuestra disposición los audios de la Conferencia del Padre Postulador General, fotografías y otros videos de la eucaristía.
Gracias a todos por vuestra unión desde la cercanía y la distancia.
Que la Venerable María Antonia de Jesús continúe acompañando nuestro camino.