¡Tercera y última parte de: “una esperanza colmada”…!













        Mal rematada se quedaría esta crónica –que por su especial relevancia se ha merecido una tan extensa narración en nuestro Blog- si no la concluyéramos compartiendo con todos ustedes la última etapa de esta fiesta inolvidable. Bien se nos decía aquel sábado del día 2 del corriente que “esto es como un anticipo de lo que será su beatificación”, y con esta íntima convicción de que “sí que la veremos, por la misericordia de Dios”, pasamos a narrar la última etapa de esta Fiesta, que podríamos denominar la “fiesta popular”, donde todos tuvimos ocasión de dar rienda suelta a las emociones que se habían ido agolpando en nuestro corazón durante las celebraciones anteriores dentro de la Iglesia. No pensemos que por ser “popular” tendríamos que considerarla más irrelevante; ¡todo lo contrario! 
   A decir verdad, cuando nuestra Madre Priora preparaba estos sencillos espectáculos finales, nos comentaba que lo hacía porque nuestra Madre María Antonia se merecía todo el esplendor y el reconocimiento de sus co-paisanos –en este caso, gallegos, la mayoría-. Y nos recordaba cómo la misma María Antonia se había derretido de gratitud con motivo de la Profesión religiosa de su hija Leonor en las Madres Dominicas de la villa de Loeches. En aquella ocasión, comprobó con una emoción que rayaba en lágrimas de alegría, cómo no sólo el pueblo, sino las villas comarcanas y sus bienhechores de Madrid, prepararon a la jovencita profesa una fiesta digna de recordarse toda la vida. Escuchemos los testimonios de la propia Madre:

        “Pues con la ocasión que iba diciendo, toda la familia de las dos casas de dichos dos señores, con ellos mismos, se fueron a Loeches a celebrar la Profesión de mi hija: la que me había dado el Señor tan linda, que no la veía persona alguna de las que allí concurrían, que no viniese diciendo mil alabanzas de la tal monjita. Una señora que fue de propósito a verla desde Alcalá, vino tan prendada de ella que decía mil locuras […]. Hiciéronse grandes funciones en su Profesión, pues todo el lugar de Loeches tenía dispuestas comedias y otras cosas de regocijo; y toda la gente de aquellos lugares comarcanos se despoblaron por ir a dichas funciones que tenían los moradores de aquella villa, porque todo esto me dijeron, para que yo alabase a Dios en ver cómo nuestro Señor honraba a su nueva esposa; que no se pudo bien hacer la función de la Profesión porque el concurso de gente que acudió a la reja que estaban unos sobre otros Siendo así que es de bastante altura la que tiene aquel convento en el coro, que llega de arriba abajo- y toda dando voces, alabando a Dios de verla” (Auto., ff. 67v-68).
"Los Fuegos del Apóstol", en la Catedral de Santiago,
todos los  24 de Julio, ante multitud de peregrinos.
      Concurrió a la función desde todos los lugares comarcanos mucha gente, que apenas dicen podía la chica verse libre de tantas como la abrazaban el día que salió a libertad; y su padrino, el señor don Gregorio, se portó en todo como si fuera hija propia de su merced; con mucha bizarría y esplendidez lo ha gastado, convidando a toda la gente principal del lugar. Se debieron, según me han dicho, de volver todos locos por celebrar la profesión de la chica, con tanta pólvora y comedias y autos sacramentales, que el lugar por su devoción salió de sí el día del señor san Juan […] y todo se ha hecho sin desgracia ninguna. Bendito sea Dios. Se lo participo a vuestra reverencia para que me ayude a dar a su Majestad las debidas gracias, que sin méritos míos, nos hace tales beneficios” (Carta a su discípula María Manuela, priora en Salamanca, escrita desde el Carmelo de Alcalá -14 de Julio de 1743-).

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       Esto mismo queríamos preparar nosotras, con reconocimiento, y con el apoyo de todos los que participaron en los festejos, para celebrar con agasajos la Venerabilidad de nuestra Madre María Antonia de Jesús.

    Nada más concluir la Misa del señor Arzobispo, sucedió algo muy bello que nadie se esperaba. Dejamos que sea una madre de familia, que vino desde Ferrol a sus 90 años a celebrar estos eventos, la que nos lo comente: “Yo estaba en la parte de delante de la Iglesia, y cual no fue mi asombro cuando veo que se iluminaban las altas vidrieras, al mismo tiempo que se abrieron de par en par las puertas de atrás del templo, y desde mi sitio se veía un trocito de cielo, todo alumbrado por los fuegos artificiales que me llenaron de alegría y sorpresa. Al mismo tiempo, haciendo semicírculo en la entrada del atrio, unos gaiteiros y gaiteiras –monísimas- despertaban una gran alegría”. 

 Son palabras sencillas, pero creemos que reflejan muy bien de lo que se trataba. Efectivamente, los "Fuegos" pretendían ser cauce de expansión para toda esta buena gente que, desafiando un atardecer de intenso frío, aunque sin nada de lluvia, se había trasladado hasta el Carmelo de la Madre María Antonia para dedicarle a ella todo su amor y simpatía. 
 El grupo enormemente nutrido de los cuntienses estaba totalmente feliz. Ellos, que tanto han colaborado a realzar en estos últimos años la Fama de Santidad de Madre María Antonia, venían acompañados por el Grupo musical de Gaitas y Baile Tradicional de la misma Villa. Hay que hacer notar que se les había hecho una modesta petición de si podrían participar "unos tres gaiteiros junto a un tambor", pero el Grupo, al conocer el motivo por el que se les pedía esta actuación, se apresuró a decir que ¡venían todos! No sé si exactamente eran todos, pero desde luego 16 artistas sí que estuvieron alegrando con la belleza inigualable de sus gaitas y percusión los momentos en que el resto de los invitados pasaban a la Salle, enfrente de nuestro convento, a tomar unos pinchos y aperitivos, aprovechando este distendido encuentro para departir y disfrutar recordando cada uno de los presentes aquello que más le había “tocado” durante toda la tarde…

      En el transcurso de la merienda, se encontraron nada menos que cuatro personas que estarán especialmente implicadas en la preparación de la edición y publicación de los Escritos de Madre María Antonia: P. Romano Gambalunga, P. Rafael Pascual, don Antonio Pena Abal, y don Carlos Fdez. Touriño. Este último, acaba de transcribir íntegramente toda la Tesis Doctoral del Carmelita Descalzo P. Isidoro de San José, de tal modo que podrá accederse a ella para eventuales estudios. Pronto pondremos su enlace en la Sección Libros de este Blog.
 Retomando la crónica, decíamos que unos iban y otros venían, de tal forma que en un momento de calma, la comunidad pidió al Grupo Musical de Cuntis, si les gustaría entrar en el locutorio para saludarlos y contemplar sus preciosos trajes regionales.

   Fue un momento espléndido: "monísimas" –realmente- estaban las chicas, con sus largas faldas y delantales negros de gala; con sus pañuelos recogiendo el cabello, pañuelos venidos de Talavera de la Reina, como nos dijo alguna, es decir, verdadera artesanía textil, que nos mostraban llenas de regocijo. Pero lo más llamativo para nosotras resultaba ver sus rostros con amplias sonrisas: ¡parecía que nos conocíamos desde siempre! ¡Qué riquiñas! Desde aquí nuestra gratitud y admiración. Fue un locutorio precioso. Desde nuestro lado de la reja, escuchábamos las alegres melodías, y así, sin poder evitarlo, cuando nos dimos cuenta, algunas hermanas acompañaban con palmas el ritmo, y otras, contemplando el magnífico panorama de gaiteiros y gaiteiras, sentían que… “¡se les iban los pies!”… En fin, ¡qué precioso todo, y qué entrañable! ¡Cuántas cosas siguen existiendo en el mundo, tan buenas y tan encantadoras!

    El mismo encargado de la parte pirotécnica se portó admirablemente disponible: quiso informarse con precisión de los momentos en que debía lanzar sus bombas, y así, en el momento de la lectura del Decreto de Venerabilidad, durante la santa Misa, resonaron solemnemente en el espacio exterior, discretas y alegres. Se le vio en todo momento atento a que no faltase esta parte “sonora” de las “bombas”, ¡típicas en todas las fiestas y ferias de Galicia!


    Pensamos que nuestra Venerable Madre, allá en la balconada celeste, y acompañada de todos sus seres queridos, habrá tenido que esconder alguna lagrimilla, porque la verdad, todo era amor y admiración agradecida hacia ella…Que ahora nos siga ayudando con más intensidad si cabe, y que Dios tenga a bien realizar por su intercesión el milagro necesario para poder contarla entre los beatos de nuestra santa Madre Iglesia Universal.

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