¡Fons Vivus, Ignis, Caritas, Et Spiritalis Unctio!

Caldera volcánica de Krafla (Islandia).
     Como tantas veces constatamos en la vida, es impresionante ver el vertiginoso pasar del tiempo, la sucesión rápida y vibrante de tantas solemnidades litúrgicas que desde principios de año nos van marcando nuestra peregrinación hacia la Patria. Cierto que vivir con intensidad cada una de estas fiestas, deliciosas para el espíritu, es para un creyente la mejor y más feliz manera de gastar una vida, imbuyendo todo el existir en ese "Amor divino que transe mi carne”, como dice un poeta con un lenguaje muy humano y "patrístico"…
      Así es como llegamos hoy, día 24, también nosotros a la fantástica Fiesta del Espíritu, como proclamábamos ayer en el Oficio divino: ¡Han llegado las fiestas de Pentecostés!:¡¡aleluya!!

        Vamos a ver, entonces, cómo y de qué manera nuestra Madre María Antonia llegó a conocer y dejarse “sondear” por el Espíritu Divino, esa Persona-Amor de la Santísima Trinidad que tiene un papel tan intenso en nuestras vidas, y sin embargo se nos pasa su acción tan desapercibida. Nos situamos en un momento de gran auge mísitico en la vida de María Antonia, en plena juventud. Cuenta con 28-29 años, y estando casada, se encuentra en los umbrales de sus desposorios con Cristo. Su confesor de Bayona está relegado y no se les permite más que una comunicación escrita. Hablando de su relación con el Espíritu santo y las gracias que este “¡dulce Fuego, dulce Amor!", como lo llama ella, derrama sobre su alma, le hace estas confesiones:

FONS VIVUS; Cercanías de San Andrés de Teixido
       “El día de pascua del Espíritu Santo, cuando yo estaba para ir a Tuy, antes de salir de casa me puse en oración, pidiendo al Señor me diese buen ánimo, pues se llegaba la hora de cumplir lo que tenía su Majestad ya había tiempo profetizado a mi corazón: que había de hablar con el señor obispo; que yo salía en su nombre dispuesta a todo lo que me sucediese, ya que así lo dispuso por aquel camino de quitarme los confesores, y que veneraba sus juicios. Estando en esto, sentíme tan vehementemente fortalecida, que no podía disimular el arrobo de [con] quien estaba, que era mi compañera, aunque ella no haría reparo, que también estaba en oración, y oí una voz que decía: –¡Bienaventurada seas de mi mano poderosa, porque te arriesgas a todos los contratiempos que te vinieren por mi amor! ¡Camina, amada mía, con mi santa bendición!, que en todo te ayudaré, y seré siempre firme y Amante tuyo. 
      Con el cariño de estas palabras, no sólo sentía que me robaba el alma, sino que me parecía llevaba mi cuerpo para Sí. Y me salí de casa acompañada del divino Espíritu, que fue tanta la dulzura que iba derramando en mi alma, que a la fuerza de sus coloquios me quedé pasmada en casa de mi compañera, que no podía dar tela a otra cosa. Y con esto hice mi viaje. ¡Que permita Dios venga a parar en bien de su gloria!” (Nota de Agosto de 1729).

      Verdaderamente que vale la pena escucharla a ella, degustar con entrañable devoción lo que nos dice, y apropiarnos esas dulzuras que este Espíritu de Amor le da para que las extienda a su vez sobre otras almas... En otra Nota, en la que sigue viviendo estos preparativos para el matrimonio espiritual, nos admira, incluso, por la belleza de su lenguaje descriptivo:

Nuestras celdas, iluminadas por la Luz sapiencial
del Espíritu
, que todo lo invade, dormidos o en vela.
    “Los más favores son del Espíritu Santo, que cifra los rayos de su belleza en mi corazón. Esto es con tal claridad como los rayos del sol entran por una ventana, y me da tan alto conocimiento de Dios que me parece en aquella especie que sólo Él se puede amar. Estando dormida estoy en alta contemplación: despierto toda llena de Dios, que no es menester buscar objeto, que lo tengo fijado en mi alma o padeciendo o gozando. Mi Madre me favorece mucho con su presencia, llenándome de su pureza y asegurándome que he de guardar castidad conforme lo deseo, para su mayor servicio” (Nota del 12 de septiembre de 1729).

      Sobrecogidos, pues, por tan honda impresión sobrenatural, procuraremos vivir toda la Octava de esta Pascua de Pentecostés con esta advertencia nueva de la Presencia real y constante de este Divino Amigo, Persona-Amor que tanto nos quiere y se ocupa de iluminar nuestras vidas. ¡Prestemos atención e invoquemos con frecuencia a tan buen Compañero y Amador!


         Y brevemente pasamos a dar noticia a nuestros bondadosos lectores y visitantes de una hermosa y entusiasmante noticia, para que puedan compartir nuestro gozo y nuestras esperanzas, al mismo tiempo que damos todos gracias a Dios porque sigue llamando a jóvenes valerosas para proseguir la obra de madre María Antonia:

           Entrada de Hna. Cecilia en el Carmelo de Compostela 

     El pasad sábado, día 16 de Mayo, fiesta de Nuestro P. S. Simón Stock tuvimos una Eucaristía celebrada por el P. Chris Surinono, carmelita Descalzo de Indonesia que está estudiando en Madrid. Un pequeño grupo de amigos y familiares de Nuestra Comunidad acompañaron a Seselia y a sus hermanos que vinieron desde Indonesia para acompañarla y despedirla. El Padre dijo una bella homilía explicando el porqué y para qué de su vocación. Una parte de la misma la dijo en Indonesio para que los hermanos de Seselia pudiesen comprender. 
  
  Luego todos la acompañaron a la puerta Reglar. Un P. Carmelita polaco acababa de llegar providencialmente con dos jóvenes al mediodía y él también quiso darle la Bendición, así que en el día que celebramos la entrega del Santo Escapulario dos Padres bendecían a nuestra postulante con los suyos respectivos, uno en español e indonesio y otro, el polaco, en latín; vivíamos la internacionalidad de la Orden y de nuestra Comunidad.

Ntra. Sra. de la Fachada
en suave y recogido contraluz.
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    Conducida al Coro la nueva Postulante, se hizo la consagración a N.M Sma. del Carmen y se rezó la oración del V Centenario de Santa Teresa, la cual en esos momentos se nos hacía como más presente… Luego cantamos la Salve Regina acompañadas de las voces que desde la iglesia espontáneamente se unían muy emocionadas.
    Agradecemos a todos que pidan mucho por esta nueva hermana y por todas nosotras. También por su familia que hace un gran sacrificio dejándola tan lejos y son un ejemplo de fe fuerte en una Iglesia joven como es la Indonesia. 

      ¡Que la Madre Mª Antonia se siga complaciendo en enviarnos santas vocaciones que reaviven su mismo entusiasmo y amor por Jesucristo, siempre

                      “a zaga de su huella”!