¡¡¡Recordar Es Revivir!!!

          ¡Alabado sea Jesucristo!, amadísimos hermanos y amigos del Blog de Madre Mª Antonia de Jesús. Tienen toda la razón de sentir extrañeza o nostalgia por el largo tiempo en que hemos distanciado nuestras últimas “asomadas” a este rinconcito gallego desde donde les sentimos a todos tan cercanos y tan buenos y perseverantes hijos “de la Madre”. (¡Y “de las hijas”!, –a las que ella se dirigía con el cariñoso título profético de “venideras”-). Las razones han sido variadas e ineludibles…   
¡Dulzura nuestra!... Virgen del Carmen
-antiguamente procesional-, con sus bucles
trenzados, obra del mejor artista del rococó
neoclásico gallego, don José Gambino.
  Pedimos perdón “ex toto corde”, y nos apresuramos a tratar de paliar, con una muy hermosa crónica mariaagolparna, este largo silencio que tanto hemos sentido también nosotras. Como dice el encabezamiento de esta “entrada” en el blog,“recordar es revivir". .
     ¡Efectivamente! La fiesta grandiosa que hemos gozado el pasado día 16 del mes de julio de Nuestra Señora del Carmen, bien se merece –y creo que incluso todos lo necesitamos-, ser recordada y re-vivida de nuevo, para que se repitan aquellos efluvios de amor, de veneración y de embelesamiento sincero que se despertó en nuestro corazón ese día de gracia, con la solemne Novena, coronada el último día con la Procesión -vistosa y ¡tan festiva!- de la Virgen por las calles de Compostela...

        Sorprendente, por cierto, un año más, la cantidad de gente, se dirían miles –que no cientos- de devotos y suplicantes hijos, ¡de toda la comarca y mucho más!, que han venido a cumplir su promesa de repetir la participación de la Novena y Procesión final en esta Casa de María… Durante nueve días deja de ser una “iglesia ciudadana”, para pasar a ser un auténtico santuario mariano de apretada y aromatizada reunión espiritual en torno y a los pies acogedores de la Virgen María del Monte Carmelo, la "Stella Maris" de nuestras singladuras….

Uno de los momentos de la imposición de los Escapularios

    Como siempre, nos agrada enmarcar este evento con algunos fragmentos tomados de los escritos de la Madre Mª Antonia, que demuestran y nos asombran con su visión profética, que parece atravesar los siglos con sus ojos intuitivos de madre de las almas, y de enamorada esposa de Jesús, por el Único por el que ha sentido la necesidad de levantar esta fundación…, ¡materialmente tan fantástica, y espiritualmente tan increíble!-.
       “Yo tenía particulares razones parra poner a esta divina Reina por titular de este primer solar en este reino de sus hijos. Y así fue altísima disposición del Señor, el que gusta de que su querida Madre sea la Señora y verdadera Patrona y Madre, que cuidará de esta su santa casa; porque no sólo favorecerá a sus hijas, sino a muchas personas que viniesen a darle adoración a esta su santa iglesita. Porque ya he dicho que son aquí las gentes muy devotas de nuestra Madre y Señora del Carmen y así se les aumenta cada día la devoción con ver a la Señora en su altar: que nos hicieron una imagen suya de limosna, de talla, y luego la pusimos como he dicho, por titular; que con el tiempo, espero puedan hacer otra mayor para ponerla en la iglesia nueva, la que el Señor disponga se haga cuanto antes” (Auto., f. 268).

"... y así se les aumenta cada día la devoción con ver a la Señora en su Altar"

     También se impone, oportunísimamente, transcribir de su Autobiografía algo que hace relación con la presencia actual que han tenido aquí, en la catedral, solicitados por nuestro arzobispo, los padres carmelitas descalzos, que han estado los cuatro meses estivales atendiendo “en el confesonario número 13”, a tantísimos peregrinos, viviendo en una de nuestras casitas propiedad de la comunidad, que se podría describir como una auténtica “cajita de cerillas”, pero que ellos han agradecido mucho.

          “[…] tiene unas casas alrededor, pequeñas, del mismo señor de ésta, en que se acomodó una de las dichas casucas, hospedería para nuestros […] padres confesores. Con suma estrechez y trabajo están los pobres en ella […]. Y por querer imitar a nuestros santos padres primitivos, no permitieron que les buscáramos en otra parte mejor casa para la habitación de sus reverencias. Y aún con ser tan pobre, reducida y estrecha, que nos han dicho que lo es mucho gente de afuera que ve la casa, que se admira de verlos en tanta estrechez y con tanto trabajo para revolverse en ella […]; y se contentan y acomodan en ella como si fuera en la mejor casa de esta ciudad, y aún mejor, por participar del trabajo que les permite y ocasiona dicha pobre y estrecha hospedería. Y están sus reverencias […] muy conformes y contentos, a imitación de aquellos nuestros santos padres de Duruelo" (Auto., f. 268v).

      A parte del religioso carmelita que se encontraba esos días concretos “en la casita nº 6”, presidía nuestra Novena este año el Padre Mauricio Martín del Blanco. Es, pues, necesario decir que en el trabajo realizado para el Proceso de Canonización de Madre Mª Antonia, padre Mauricio ha sido uno de los tres miembros que formaban parte de la Comisión Histórica diocesana, destacando su hermosísimo Voto de aprobación y validez de todos los escritos de la S.de D., y otras encomiables aportaciones, así como estudios y trabajos para revistas que han sido de apoyo importante para mejor conocer esta figura carmelitana gallega en los ambientes más especializados.
Padre Mauricio en el ambón,pronunciando su homilía uno de los días de la Novena.

    Pero, ¡dejemos ya la torpe pluma para dar paso a lo que nos habíamos propuesto! Una hermana de la comunidad nos ha preparado con esmeradísima ilusión y habilidad técnica lo que dejamos a vuestra consideración; lo más precioso es saber que desde que Mª Antonia había visto en su intuición “a toda esa gente venir a su iglesita”, jamás se ha interrumpido esa cadena, ese fluir como aguas frescas y alegres de un río largo y serpentino, de miles de devotos con sus promesas y oraciones, caminando en romería hacia este santuario que esperamos será siempre el mejor obsequio que María Santísima ha dado a Compostela.

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