¡San José, un descubrimiento inusitado para celebrar su Fiesta con más alegría!

¡Fascinante descubrimiento del fresco de San José, admirablemente conservado
 en el transcurso de varios siglos!


     En el mes de septiembre del pasado año de 2019, después de varias décadas sin realizarlo, nuestra comunidad juzgó conveniente hacer una sucinta limpieza del Retablo Mayor de nuestra Iglesia Capilla. Para este trabajo, que requería delicadeza y competencia, se acudió a una gran profesional restauradora compostelana, Doña Mª Ángeles Santiago, cuya pericia se ha hecho manifiesta por la gran cantidad de obras sacras que ha restaurado en los templos de la ciudad y aledaños, restauraciones y limpiezas muchas veces difíciles y sutiles, que le han merecido gran reconocimiento en su profesionalidad artística.

         Para llevar a cabo su trabajo de limpieza del Retablo, se colocaron los andamios pertinentes, que alcanzaban la altura del ático de la calle central, en cuyo medio arco resalta la figura en relieve de la Apoteosis de San Gregorio Magno de excelente calidad, que recobró la belleza de su color primigenio gracias a este proyecto de limpieza.


         Estando la restauradora subida a la altura del mencionado tímpano del Retablo, acertó a vislumbrar entre el espacio que queda de separación con la pared frontal del templo una imagen en principio difícil de visualizar, pero que le hizo comprender que en esa pared original, detrás del Retablo, existía una pintura al fresco. Llena de emoción, trató de enfocar con una cámara lo mejor posible el modelo iconográfico de esta figura, y nos mostró con ilusión su descubrimiento. Al instante comprendimos que se trataba de la imagen de nuestro Padre San José, imagen primitiva, la primera, probablemente, que ocupó el frontal de la Iglesia antes de que las religiosas pudieran construir el Retablo en madera con sus bellísimas imágenes actuales.

         A la luz de este descubrimiento, la comunidad ha podido investigar mejor los principios de la construcción del templo. Una vez más se pone de manifiesto el extraordinario amor que nuestra Venerable Madre Fundadora le profesaba a este Santo tan particularmente venerado en la Reforma Teresiana. Si la Santa avilesa quería que el titular de sus monasterios fuese dedicado a nuestro Padre San José, ahora se desprende del descubrimiento del fresco de la pared frontal de nuestra Iglesia que Madre María Antonia tuvo –como ella misa lo explica en su Autobiografía- un inquebrantable deseo de poner por titular del monasterio compostelano a Nuestra Madre Santísima del Carmen. Pero, como señal de eterna gratitud y consideración hacia quien ella llamaba cariñosamente “mi padrino”, se apresuró a hacer pintar en la pared principal de la Iglesia un fresco bien hermoso del Santo Patriarca. De hecho, el Retablo actual de estilo neoclásico, con la imagen espléndida de nuestra Señora del Carmen (escultura del imaginero gallego Juan Antonio Fabeiro), pensamos que se construyó en las últimas décadas del siglo XVIII, gracias al patrocinio de don Gregorio Crestar y Gondar, canónigo penitenciario de Santiago.

Niño Jesús en brazos de San José (Detalle)
         Llegados a este punto nos causa enorme satisfacción poder presentarles dichas fotografías, que nos revelan la delicadeza del autor o autora que tan bien han sabido plasmar los rasgos de nuestro santo Patrón: la dulzura de unos ojos de mirada serena y amable, junto con el discreto trenzado del cabello que se recoge hacia atrás. La vara florecida de azucenas, en la mano derecha, con sensación de suave movimiento. Igualmente, el gracioso rostro del Niño Jesús, con su mano apoyada en el hombro de su padre, que parece sostenerlo permitiéndole inclinarse hacia delante, como queriendo entregarse a quien los contempla.

¡San José, protector silencioso
de nuestro templo
durante tantos siglos desapercibido!
           A la espera de poder hacer un estudio más detallado y especializado de esta pintura, aquí dejamos esbozados simplemente nuestros sentimientos de gozo y fervor que ha despertado en nosotras, y que pensamos será también de gran regocijo para todos ustedes, ayudándonos a celebrar este año  la Fiesta del Glorioso Patriarca San José contagiados por el entusiasmo que nuestra Madre María Antonia le profesaba. ¡Que también cada uno de nosotros acudamos a su intercesión y nos conceda cuanto le pedimos, pues a ella nunca le faltó cuando más lo necesitó en los lances y trabajos más comprometidos!

  Queremos también asegurarles a todos nuestra plegaria y la ofrenda de nuestros sacrificios para solidarizarnos con esta preocupante epidemia mundial que afecta a todos los pueblos de la tierra. Confiamos a la intercesión de San José, Patrono de la Iglesia Universal, que se detenga la ola de contagios, y que, como Maestro de oración, nos ayude a descubrir la huella de Dios, su amorosa llamada a la conversión en esta "Cuaresma unirversal" que se nos ofrece como una oportunidad de reencuentro con el Amor de Dios y con su Gracia .

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