«EXISTIR se estremece en la cercanía de SER»
Los que hemos seguido con
detenimiento la disertación del pasado 21 de octubre de María del Salvador,
hemos sido iluminados por una idea dominante que nos ha permitido considerar
mejor la relación místico-espiritual que se ha dado entre madre María Antonia,
"mujer gallega, inteligente, de carácter firme y estable" y
Jesucristo, el Hijo de Dios vivo.
Dejando -de momento- a un lado el
entrar en el contenido e hilo conductor que ha guiado toda su intervención -que
podremos ir matizando con posteriores comentarios y reflexiones- hoy nos
interesa tan solo detenernos en un punto que ha resultado de sumo interés para
muchos auditores. María nos ha hablado de la repercusión que en María Antonia
tenían todas las comunicaciones u operaciones divinas en su complexión psico-somática.
Ha sido muy bello cómo nos ha explicado que Dios es esencialmente
"el-que-Es", según la definición que da de Sí mismo a Moisés en el
suceso de la Zarza ardiente: Dios es “SER”.
María Antonia forma parte del “EXISTIR”.
Si nos hemos detenido en
desmenuzar un poco esta idea es por lo siguiente:
Alguien ante las sorprendentes afirmaciones de María del Salvador: que decía que la madre María Antonia algún día sería doctora de la Iglesia. Le pregunto: ¿esta afirmación la sustenta en alguna doctrina especial que se puede ver en la obra de la madre?
María ha dado su tácita, escueta
pero intensa y certera respuesta.
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