“Vio y creyó." Jn 20, 8
El primer día de la semana, María Magdalena corrió al sepulcro, mientras aún estaba oscuro… y encontró la piedra removida, los lienzos tendidos, el sudario a un lado. Todo hablaba de un misterio que aún no comprendían… pero que comenzaba a iluminarlo todo.
En este tiempo pascual, vivid también vosotros el asombro de aquel discípulo que “vio y creyó”. Dejad que el sepulcro vacío hable a vuestro corazón: el Amor no ha sido vencido, la Vida ha triunfado.
Cristo ha resucitado.
Y con Él, también nosotros resucitamos a una esperanza que no defrauda, a una alegría que no muere.
Corred también vosotros, como corrieron María, Pedro y Juan.
Buscad al Viviente entre los signos de su presencia.
Creed, incluso cuando no entendáis del todo.
Anunciad, como ellos, que el Señor está vivo.
Celebrad esta Pascua con la certeza de que Dios sigue actuando en lo escondido, y que su luz ya brilla en cada corazón que se deja alcanzar por su Resurrección.
Y como en el alma de la Venerable María Antonia de Jesús, también en las nuestras puede amanecer Dios, incluso antes de que lo comprendamos todo.
Porque a veces, la fe pascual no nace del estudio, sino del encuentro; no del saber, sino de la oración sencilla de quien se deja enseñar por el Señor:
“Amaneció Dios en mi alma
primero que la luz de los libros.
Porque, [...] fue más mi estudio
leer en mi oración
en aquel divino Libro
que se acomoda a la pequeñez
y corta inteligencia
de una pobrecita alma
que no tiene más saber ni letras de escuela
que lo que el Señor le enseña.”
— Venerable María Antonia de Jesús
¡Feliz Pascua de Resurrección!
Que este nuevo amanecer os encuentre abiertos a la gracia, y con el corazón dispuesto a ver… y creer.
Alma mía, en Dios solamente reposa,
ResponderEliminarPorque de él es mi esperanza.
Salmos 62:5
También el alma de nuestra Venerable Madre María Antonia halló su único y verdadero descanso en Dios. Ella, probada en el dolor, en la incomprensión, en la pobreza y en la soledad, repetía con la vida lo que este salmo proclama con palabras: “Alma mía, en Dios solamente reposa”.
EliminarDesde sus primeros despertares a la gracia, comprendió que su esperanza no podía estar en cosa creada, sino en el Amor que la llamaba a vivir solo para Él.
Que su ejemplo nos anime a abandonar nuestros cansancios, nuestras búsquedas y nuestras cargas en el Corazón de Dios. Allí donde ella encontró descanso, también nosotros podemos encontrar la paz que no da el mundo. En el silencio de la oración, en la cruz aceptada por amor, en el olvido de sí mismo… allí, Dios nos espera para darnos esperanza.
Gracias por compartir esta palabra tan viva. Que María Santísima y la Venerable María Antonia nos enseñen a reposar sólo en Dios.