Aniversario del Nacimiento de la Madre María Antonia.
Aprovechando la próxima celebración del
nacimiento de la Madre María Antonia, presentamos un esbozo de su camino
espiritual a través de una pintura al óleo de la Venerable, obra realizada por
una Carmelita Descalza.
El cuadro que pintó la Carmelita se
encuentra en el monasterio de Santiago de Compostela. En él, la Madre María Antonia aparece
en el centro, en su celda, arrodillada; en una mano sostiene la pluma con la que escribe,
mientras la otra reposa sobre sus obras. Su mirada baja, en señal de humildad. Junto a ella hay una cesta con algodón, símbolo de
su trabajo manual: coser e hilar. Cristo crucificado aparece en primer plano, y
un rayo de luz entra por la ventana, iluminando toda la existencia de la religiosa.
La escena representa al alma en permanente
oración, con la presencia de la Santísima Trinidad. El alma, humilde, no se
atreve a mirar a Dios, aunque todas sus obras intelectuales y materiales son
guiadas por Él, a través del Espíritu Santo, simbolizado en la luz que atraviesa la ventana. Todo el obrar, pensar, vivir humano vuelve al Padre por Cristo crucificado.
Esta imagen de la Madre nos muestra lo que
debe ser la vida del cristiano: sus obras, sus manos, su mente y su corazón en
Dios; un corazón limpio para poder contemplarlo. Cada persona tiene su propio
camino, pero cada camino debe estar iluminado por la presencia de Dios. Cuando
esto ocurre, cada ser humano da gloria y alabanza a la Trinidad. En estos días,
que la Venerable nos enseñe a vivir en Cristo y para Cristo.


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