¡Por fin, Sor Isabel de la Trinidad, canonizada!

         El Carmelo teresiano se viste de gala y alegría, porque este próximo domingo, 16, será D. M. canonizada por Su Santidad el Papa Francisco. Nos complace compartir en el Blog con todos nuestros amigos y devotos de Madre Mª Antonia dedicarle una muy breve reflexión desde la perspectiva de posibles coincidencias entre ambas carmelitas: ¡la de Dijon y la gallega!

          Isabel de la Trinidad (1880-1906), fue beatificada en 1984 por san Juan Pablo II, quien la describió como "un ser rebosante de dones naturales, inteligente y sensible, pianista realizada [...]. Isabel se sabe habitada en lo más íntimo por la presencia del Padre, del Hijo y del Espíritu".
Madre Mª Antonia de Jesús escribe: "Veía dentro de mi corazón a toda la Santísima Trinidad, que se acomodó con toda su grandeza a la pequeñez de mi alma y corazón".

La Santa de Dijon deseaba "ser transformada en Jesucristo [...] para que el Padre al contemplarme pueda reconocer en mí la imagen de su Hijo muy amado en quien tiene todas sus complacencias" (El cielo en la tierra, día tercero).

En la Madre Mª Antonia de Jesús se complacía el Padre: "Tú, hija mía, eres el campo de mis delicias y el espejo adonde se mira mi rostro, pues eres vivo retrato de mi Hijo amado" (Nota Espiritual, 12-09-1729).
Otro punto en común entre ambas fue su afición musical: Isabel, un genio para la música, volcaba en el piano la gran riqueza de su mundo interior; María Antonia gustaba de oír música -"sobre todo si era buena" (Autobiografía)-, "porque le llevaba a Dios" (Declaración de Madre Mª Manuela de la Cruz).

 
En esta emblemática fecha, pues, de la Canonización de Sor Isabel de la Trinidad, todos nos congratulamos junto con la Orden del Monte Carmelo. ¿Estará cercana también la fecha ansiada de la beatificación de nuestra Monxiña do Penedo? Todo parece indicar que Dios la desea presentar ante el mundo como una intercesora poderosa y agradable ante sus ojos. 
Nosotros invoquemos mucho su protección. Y de nuevo hacemos un ferviente llamamiento para que sigamos rezando por esa madre de familia gravísimamente enferma, que no cesa de admirarnos por su tesón y su entrega al apostolado infatigable como creyente que en su enfermedad ha conocido el Amor de Dios, y desea comunicarlo y pregonarlo desde su confianza puesta en la Madre Mª Antonia de Jesús. 

          ¡Madre Mª Antonia: no defraudes nuestra esperanza! Amén.


Comentarios