¡Desde el Carmelo de Compostela, muy Feliz y Santa Navidad!
Hemos llegado
felizmente a
Es verdad que la
presencia del COVID-19 nos aflige, y nos produce el gran dolor de ver a tantas
personas sumidas en la penuria, tanto física, como económica y laboral, pero pensamos
como el Papa Francisco que, precisamente por eso, esta Navidad habremos sentido
mucho más profundamente la necesidad de esta Presencia de Cristo entre
nosotros.
Nuestra felicitación brota, pues, desde la experiencia del sufrimiento, pero es felicitación igualmente sincera y alegre, porque, desde la esperanza, queremos dar sentido y valor a estas penalidades, compartidas por la entera familia humana. Lo hacemos tomando de entre los escritos de nuestra querida Madre María Antonia algo que nos pueda ayudar a vivir estas fechas que tanto nos dicen de ternura y de lazos familiares a la luz del Misterio de Belén.
En
* Acompañamos
nuestra felicitación navideña con algunas fotografías de escenas tomadas este
año de nuestras variadas representaciones en el monasterio.
[Navidad
de 1729]
“Señor contemplativo /
vámonos a contemplar,/ esperando al Niño Dios / en el humilde portal; / que de
nuestros corazones / bien le podemos formar / un pesebrito humilde / en que se
pueda reclinar.
Los
pañales para empañar al Niño / serán pobreza y humildad, / que para hospedar su
grandeza / estas dos alfombras bastarán.
Mas si
Él viene a mi pecho / me traerá muchos más, / que, dulces, en este tiempo / no
me podrán faltar, / porque el Niño todo es Dulce / y me dará dulce Manjar. / Y
se lo dé a vuestra merced / como puede su Majestad, / con aumentos de su mucha
gracia / para le poder amar”.
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