¡FIAT!
La vida de los santos y siervos de Dios está marcada por un camino de entrega progresiva, en el que, a través de distintos llamados, aprenden a decir sí a la voluntad del Señor. En la historia de la Venerable María Antonia de Jesús, el 19 de marzo fue un día providencial:
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Sí al matrimonio con Juan Antonio, viviendo la vocación de esposa y madre.
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Sí a la vida religiosa, con su toma de hábito como Carmelita Descalza.
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Sí definitivo a Dios, con su profesión religiosa, consagrándose totalmente a Él.
No deja de ser significativo que estos tres momentos claves coincidan con la solemnidad de San José, el varón justo y obediente que también supo acoger el plan divino con fe y generosidad.
El Fiat de María y el Fiat de María Antonia
Hoy, 25 de marzo, la Iglesia celebra la Solemnidad de la Anunciación del Señor, el momento en que la Virgen pronunció su FIAT: “Hágase en mí según tu palabra” (Lc 1,38). Este acto de entrega total cambió la historia de la humanidad y nos recuerda que cada vocación comienza con una respuesta confiada a Dios.
Su sí no fue solo un instante, sino un acto de entrega total que marcó cada momento de su vida. Del mismo modo, la Venerable María Antonia de Jesús aprendió a repetir su propio Fiat en cada paso de su camino espiritual. Su vida estuvo marcada por un Fiat continuo, repitiendo su sí en cada etapa de su existencia. Su historia nos enseña que la santidad no es una sola gran decisión, sino muchas respuestas diarias al amor de Dios.
Entre las muchas gracias que recibió la venerable, hubo una en la que la Virgen Santísima la confirmó en su decisión de entrega total a Dios. En su oración, angustiada por la posibilidad de no poder vivir en castidad debido a su estado matrimonial, María Antonia acudió a la Madre del Carmelo, quien le concedió una gracia singular:
📜 “Sentí que esta divina Señora en espíritu me ciñó por sus divinas manos un cíngulo de pureza más blanco que los copos de la nieve, con que se halló mi alma y cuerpo más limpio y puro que el día en que nací.”
Así como la Virgen acompañó a María Antonia en su camino de entrega, también hoy nos ofrece su intercesión para que podamos decir nuestro propio sí al Señor, en la vocación a la que hemos sido llamados.
El último Sí: Su Pascua Eterna
Finalmente, el 10 de marzo de 1760, la Venerable María Antonia entregó su alma al Señor. Su paso a la vida eterna fue la culminación de una vida de entrega, un último sí definitivo que la unió para siempre con su Amado.
Un llamado para nosotros
Así como la Virgen María, San José y la Venerable María Antonia de Jesús supieron confiar en Dios, también nosotros estamos llamados a responder a su voluntad en nuestro día a día.
¿Cuáles son los “síes” que Dios nos pide hoy?
📖 “He aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra” (Lc 1,38).
🕊️ “Sea alabada su infinita bondad. Amén” – Venerable María Antonia de Jesús.
“El Ángel del Señor anunció a María, y ella concibió por obra del Espíritu Santo”.
ResponderEliminarQue ese misterio nos llene de alegría y nos empuje a decir nuestro propio “sí” a Dios. ¡Feliz solemnidad de la Anunciación!
¡Amén! La solemnidad de la Anunciación nos recuerda el momento en que el plan de salvación se hizo carne en el seno purísimo de María. Su ‘hágase’ no solo transformó su vida, sino que abrió las puertas de la redención para toda la humanidad.
EliminarQue al contemplar este misterio, aprendamos de su fe y disponibilidad, dejando que la voluntad de Dios se realice en nosotros, aunque no siempre la comprendamos por completo. Como María, pongamos nuestro corazón en manos del Señor y respondamos con generosidad al llamado que Él nos hace cada día.
¡Feliz y bendecida solemnidad de la Anunciación!