Primer Aniversario de una fiesta apoteósica: ¡Madre María Antonia de Jesús, Venerable!



           Hace hoy exactamente un año, en la Fiesta de la Presentación del Señor -más popularmente denominada Fiesta de la Candelaria-, vivíamos en este monasterio una extraordinaria celebración –distribuida en sendos Actos conmemorativos- cuyo motivo se basaba en la reciente proclamación de las Virtudes Heroicas de nuestra Venerable Madre María Antonia de Jesús, declaradas por el Papa Francisco el 7 de Noviembre de 2018, y publicadas oficialmente en el Boletín de la Santa Sede un día más tarde, el 8 del mismo mes. A partir de esta importante aprobación papal, se daba por concluida una parte fundamental del Proceso de su Beatificación y Canonización. Numerosos fieles y simpatizantes de la Causa y de la figura de Madre María Antonia experimentaron realmente un gran gozo, junto con toda la diócesis compostelana, en cuyo seno se desarrolló la preparación de toda la documentación y estudios para ser examinados en Roma.

Primera actuación: la conferencia
 impartida con ameneidad
por el Padre Postulador General,
Fray Romano de la Transfiguración
        Precisamente, con el deseo de poder celebrar festivamente este grandioso acontecimiento –Aprobación que conllevaba el nuevo título de Venerabilidad-, la Iglesia en Compostela apoyó con todo encomio y entusiasmo las iniciativas que nuestra comunidad programaba para la primera veneración pública y formal de esta candidata gallega a la santidad.

        Me parece que todos recordamos vivamente los tres Actos que se fueron desarrollando en nuestro monasterio consecutivamente. Hoy, Festividad de la Presentación del Señor, Jornada Mundial de la Vida Consagrada 2020, en el primer aniversario de tan emocionante y señalado día, nos complace poder presentarles la Traducción –extraída del texto latino- de dicho Decreto, que nos llega firmado por el actual Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, y su Secretario. Para poder revivir los sentimientos de regocijo y de gozo espiritual que calaba hondamente en nuestros corazones, jalonaremos esta Transcripción del Decreto con fotografías rememorativas de aquel evento.

La gente disfrutaba escuchándole... ¡y aprendiendo!
       Aprovechamos para informarles de que seguimos atentamente el discurrir de los Favores que nuestra Venerable Madre está otorgando a manos llenas como respuesta a las muchas peticiones y muestras de confianza que le están dedicando numerosos fieles. En efecto: para hacer posible su declaración como Beata, sabemos que es necesaria la verificación de un milagro extraordinario. De momento, no se ha conseguido el que reúna todas las necesarias condiciones, pero, para ser agradecidas a quien tanto se está ocupando de nuestros problemas y dificultades, hemos de decir que nos han llegado noticias orales de importantísimas gracias que se han sucedido a lo largo de este año, sobre todo con enfermos que estaban en estado crítico. 
Las solemnes Vísperas fueron presididas
por nuestro querido don Julián
a quien acompañaba en el servicio litúrgico
nuestro hermano de hábito, P. Rafael
Algunos familiares de estos dolientes nos expresan su sincero deseo de que sea público su agradecimiento, pues para ellos es considerado un verdadero milagro de la Madre el haber salido de estas situaciones irreversibles, tan sobrecogedoras por la extrema gravedad de las intervenciones quirúrgicas que había que superar. Animamos a todos los que se están encomendando a ella -y nos comentan la admiración que les produce ver atendidas sus peticiones- a que nos lo comuniquen por escrito para tener constancia de ellas.

      Exponemos a continuación la Transcripción del Decreto Romano, al par que felicitamos a todos muy de corazón en este día en que se cierra el ciclo de la Navidad, ¡a vosotros, los que con vuestro afecto, devoción y simpatía incondicional, nos acompañáis en esta andadura que continúa su ascensión  hacia la deseada elevación a los altares da “Nosa Monxiña do Penedo”!

No solo el amplio grupo de consagrados se unía
 al rezo cantado de las Vísperas: también los laicos
y los miembros de diferentes estados de vida
participaron con visible fervor y hondura

       DECRETUM SUPER VIRTUTIBUS
                "El fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, magnanimidad, bondad, bondad, fidelidad, mansedumbre, templanza" (Gal 5,22).

Primera página del texto original
                El florecimiento de las virtudes, que el Apóstol Pablo contempla en la acción del Espíritu, encuentra una singular resonancia en la vida y espiritualidad de la Sierva de Dios María Antonia de Jesús (en el siglo: María Antonia Pereira y Andrade): quien, dócil a la influencia de la gracia, se puso a disposición para que la voluntad divina la moldeara a imagen de Cristo pobre y humilde.
                La Sierva de Dios nació en El Penedo, España, el 5 de octubre de 1700, en el seno de una familia religiosa. Analfabeta, a la edad de 7 años fue introducida en la práctica de la oración mental y dos años más tarde comenzó a presentar los fenómenos místicos que la acompañaron a lo largo de su vida. Tras la muerte de su padre, la Sierva de Dios y su madre se trasladaron a la ciudad de Baiona. En 1722 se casó con Juan Antonio Valverde Domínguez, de quien tuvo dos hijos, Sebastián Antonio, que ingresó en la Orden de Frailes Predicadores y partió a Filipinas, y Leonor, que se hizo dominica en el convento de Loeches.
                Cuando su marido se trasladó a Cádiz y Sevilla, la Sierva de Dios desarrolló, también gracias a sus experiencias místicas, una llamada a la vida religiosa y la fundación de un monasterio carmelita. En 1728 hizo un voto de castidad sujeto al permiso de su marido. Al año siguiente se puso el hábito de terciaria carmelita y, durante la Semana Santa, tuvo una fuerte experiencia de la Pasión del Señor. Durante este período aprendió -por un don sobrenatural- a leer y escribir y comenzó a escribir su Autobiografía bajo la guía de su confesor.
La Sierva de Dios, de visita en Sevilla, consiguió convencer a su marido de que aceptara la separación del matrimonio para poder orientarse hacia la vida religiosa y a la contemplación: según la ley de la época esto era posible de mutuo acuerdo a favor del status perfectionis. Los dos hijos, todavía muy jóvenes, fueron entregados en custodia: el niño a su confesor, que lo llevó a Roma, y la niña bajo el cuidado de una familia amiga. Su marido se dedicó a la vida carmelita en el Colegio San Cirilo y ella hizo un primer intento de fundar un monasterio en Santiago de Compostela. Incapaz de llevar a cabo este proyecto por la oposición del obispo, decidió entrar en el monasterio carmelita de Corpus Christi de Alcalá donde, el 19 de marzo de 1734, hizo la profesión religiosa y, en 1741, fue elegida Priora.      
Emocionante inicio de la lectura del Decreto
durante la Eucaristía concelebrada
 Con la aportación de dos bienhechores y tras largas negociaciones entre el Preposito General de los Carmelitas Descalzos y las autoridades civiles españolas, en 1748 la Sierva de Dios y cinco hermanas iniciaron la nueva fundación en Santiago de Compostela. En 1750 fue elegida Priora y, después de terminar su servicio, tres años más tarde, fue encargada de la portería. En estos años continuó escribiendo su Autobiografía y también el libro Edificio Espiritual. En 1757 fue reelegida por unanimidad como Priora, pero en 1759 renunció a su puesto y regresó al servicio de la portería.

Breve momento de oración durante la lectura...
               La Sierva de Dios se destacó y fue particularmente apreciada por su vida contemplativa, centrada en la devoción eucarística. Mujer humilde, temperamental, obediente a la voluntad del Señor, estaba animada por la esperanza y la confianza en Dios. Buscó el camino de la perfección. Era fuerte para enfrentar las dificultades y el sufrimiento. Los Consultores insistieron en su elección de la consagración, que para llevarla a cabo no dudó en dejar a su marido y a sus hijos aún pequeños. Se señaló que esta decisión estaba de acuerdo con la mentalidad de la época y fue tomada con la aprobación del Obispo y del Párroco.
                Su espíritu vivo de fe se manifiesta sobre todo en la oración incesante, en la búsqueda constante de la voluntad de Dios, en la devoción a la Santísima Trinidad, en el misterio de la Cruz, en la Virgen María y en San José. Siempre estuvo animada por su amor a Dios, que tradujo en caridad fraterna, especialmente hacia los pobres.
                María Antonia de Jesús murió el 10 de marzo de 1760 en Santiago de Compostela. Sus restos mortales fueron expuestos durante dos días y recibieron el tributo de una multitud conmovida. El cuerpo mantuvo el color y la flexibilidad de la vida, hasta el punto de provocar admiración.

Bendición del bellísimo Cuadro
que quedaría expuesto para siempre
sobre la Lápida con sus restos mortales
                En virtud de su fama de santidad, del 25 de enero de 1992 al 14 de junio de 1996 se celebró en la Curia Eclesiástica de Compostela la Consulta Diocesana, cuya validez jurídica fue reconocida por esta Congregación mediante decreto del 26 de octubre de 1997. Una vez preparada la Positio, el 13 de noviembre de 2007 tuvo lugar la Reunión de Consultores Históricos. Se discutió entonces, según el procedimiento habitual, si la Sierva de Dios había ejercido heroicamente las virtudes. El Congreso Peculiar de Consultores Teológicos se celebró con éxito positivo el 11 de noviembre de 2014. Los Padres, Cardenales y Obispos en la Sesión Ordinaria del 25 de septiembre de 2018, presidida por mí, el Card. Angelo Becciu, han reconocido que la Sierva de Dios ha ejercido heroicamente las virtudes teologales, cardinales y afines.


                Facta demum de hisce omnibus rebus Summo Pontifici Francisco per subscriptum Cardinalem Praefectum accurata relatione, Sanctitas Sua, vota Congregationis de Causis Sanctorum excipiens rataque habens, hodierno die declaravit: Constare de virtutibus theologalibus Fide, Spe et Caritate tum in Deum tum in proximum, necnon de cardinalibus Prudentia, Iustitia, Temperantia et Fortitudine, iisque adnexis, in gradu heroico, Servae Dei Mariae Antoniae a Iesu (in saeculo: Mariae Antoniae Pereira y Andrade), Monialis professae Ordinis Carmelitarum Discalceatorum, in casu et ad effectum de quo agitur.

Hoc autem decretum publici iuris fieri et in acta Congregationis de Causis Sanctorum Summus Pontifex referri mandavit.


     Datum Romae, die 7 mensis Novembris a. D. 2018.

Espontaneo gesto del Postulador,
mostrando el texto del Decreto al finalizar su lectura,
provocando un caluroso y prolongado aplauso
donde se veía el gran cariño hacia María Antonia
     Hasta aquí, y dejando de lado tantos detalles que podríamos añadir para no alargar más esta entrada, nuestro tratar de revivir lo que resultó tan entrañable, con una ambientación espiritual que el pasado año suscitaba dentro de nosotros una vivencia nítida, el sentimiento místico de que Ella estaba en medio de nosotros, y una impronunciada promesa por su parte: ¡Nunca os abandonaré ni dejaré de ayudaros, ya lo veréis!


¡Gracias sean dadas a Ti, Sancta Mater Ecclesiae, 
por este Reconocimiento de la Santidad 
de Nuestra Venerable Madre
 María Antonia de Jesús!


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