Fiesta del Carmen 2019: ¡Remontémonos hacia los orígenes!


    No queremos retrasar más nuestra ineludible cita con todos los seguidores de nuestro Blog en la grande y desbordante fiesta principal de nuestra Señora del Carmen. Aún a riesgo de resultar reiterativos, hemos de decir una vez más que la devoción de nuestra Venerable Madre María Antonia de Jesús hacia Ella, “su divina Reina”, “la gran Señora”, se convirtió en una auténtica locura o “chochera”, para decirlo con la mayor expresividad posible. María Antonia deseó, desde la primera inspiración que recibió de lo alto esbozando su futura misión de fundadora, poner por titular y única Dueña y Protectora del lugar a nuestra Madre y Señora del Carmen. Nótese que no dice sólo Señora, sino que –y en todas las cartas que escribía desde Santiago lo hacía constar así-, la llama también Madre, porque bajo este concepto tan suave e íntimo se relacionaba siempre María Antonia con la Madre de Jesús.

       Este año, aparte de destacar lo más entrañable y gozoso que se ha vivido en la celebración, romería y procesión de la fiesta en nuestra Iglesia y en nuestras calles, vamos a hacer un poco de historia, que sin duda resultará novedoso y de gran interés para muchos de nosotros.

    Nuestra intención es “remontarnos a los orígenes” de las primeras procesiones que se llevaron a cabo en la ciudad de Compostela. Obviamente, estas procesiones suponían la existencia de una cofradía –a falta de una iglesia parroquial- dedicada a la Virgen del Carmen, en nuestro caso. Y así es lo que sucede en nuestra historia:
   La existencia de las cofradías se constata en Galicia ya en los siglos anteriores, pero será en los siglos XVII y XVIII  cuando afloren con más fuerza. Veamos cómo se establece la  cofradía del Carmen en la ciudad del Apóstol: “En primero de Henero del año 1749 se entró por cofrade, y empezó a formar cofradía de Nuestra Señora del Carmen Juan Antonio Barreiro, fundador” (Libro primero de cofrades, f.1). 
 No existía una Iglesia dedicada a esta advocación, aunque las Carmelitas -con Madre María Antonia por fundadora- habían recién llegado el año anterior, pero se hallaban sin monasterio ni iglesia, en la casa provisional de tan incómoda distribución como sabemos. Este cofrade mencionado estableció su cofradía en la sede parroquial de San Fructuoso, en la parte baja de la ciudad, a la altura del puente del río Sarela, aunque en 1750 ya se plantearon levantar su propia capilla, denominada hoy como “el Carmen de Abajo”.

        La cofradía en sus inicios se denominó con el título de “Nuestra Señora de la Santísima Virgen de la Salud del Carmen”. Nacía el 1 de enero de 1749, cuando ya las carmelitas habían llegado a la ciudad en octubre del año anterior. Sin embargo, las primeras obras de la fábrica del convento no se iniciaron hasta el 16 de agosto de 1753. Durante estos años de estancia, a la espera de poder trasladarse al nuevo edificio –su construcción necesitó diez largos años de esfuerzos y dedicación heroica-, la devoción a la Virgen del Carmen se vio visiblemente acentuada en torno al Carmelo naciente, como nos relata la propia María Antonia, ya con motivo de su llegada:


       “Yo tenía particulares razones parra poner a esta divina Reina por titular de este primer solar en este reino de sus hijos. Y así fue altísima disposición del Señor, el que gusta de que su querida Madre sea la Señora y verdadera Patrona y Madre, que cuidará de esta su santa casa; porque no sólo favorecerá a sus hijas, sino a muchas personas que viniesen a darle adoración a esta su santa iglesita.  Porque ya he dicho que son aquí las gentes muy devotas de nuestra Madre y Señora del Carmen y así se les aumenta cada día la devoción con ver a la Señora en su altar: que nos hicieron una imagen suya de limosna, de talla, y luego la pusimos como he dicho, por titular; que con el tiempo, espero puedan hacer otra mayor para ponerla en la iglesia nueva, la que el Señor disponga se haga cuanto antes, para salir de esta casa, que nos llevan por ella, creo, que doscientos ducados cada año. (Autobiografía, ff. 268-268v).

        Pero concretizando más cual pudo ser la supuesta “primera procesión” que, como Carmelitas, realizaron en la ciudad con una imagen de la Virgen del Carmen, nos parece  que debió de ser la que tuvo lugar con motivo de la traslación de la comunidad, el 22 de octubre de 1758, de su casita en la plaza de San Roque al majestuoso edificio neoclásico que las aguardaba frente al convento de las Clarisas. Este día tan ardientemente deseado por las religiosas, lo refiere María Antonia en sus manuscritos autobiográficos con una “expresividad de fuego”, que se refleja igualmente en la carta al Padre José de Jesús-María, su director espiritual, carta que le dirige contándole la misma traslación al nuevo monasterio. 

    La imagen procesional que realizara en 1751 Benito de Lens a raíz de ingresar como cofrade en la mencionada cofradía del Carmen de Abajo, y que actualmente se guarda en la casa parroquial, suponemos que fue la que presidió la procesión que precedió a la bendición e inauguración del convento de las Descalzas. En efecto, en el Archivo parroquial de San Fructuoso se conserva un documento –una carta- de excepcional valor histórico, pues es la que las Carmelitas dirigieron a los miembros de la cofradía del Carmen de la ciudad pidiendo prestada su imagen. La transcribimos parcialmente:

     La Madre Priora y religiosas carmelitas Descalzas de esta ciudad representan a vms. que el domingo próximo 22 del corriente mes de octubre (de 1758) por la tarde hacen su traslación desde la reclusión en que se hayan al nuevo convento que está fabricado y respecto han de ir en procesión acompañadas de esta muy noble Ciudad, las comunidades y gremios y no tener Ymagen suficiente para llevar en ella. Suplican a vms. se sirvan hacer el favor de prestar la de la Congregación que asista a la dicha procesión” (Fondos de la cofradía, libro tercero, ff. 2v-3).

       Todavía contamos con un último documento de inestimable valor que nos proporciona un dato interesantísimo acerca de nuestras pesquisas sobre la posible primera procesión salida desde nuestra iglesia conventual. De nuevo el Archivo parroquial de San Fructuoso nos lo ofrece: se trata de una carta que la cofradía del Carmen de Abajo dirige al arzobispo metropolitano, cuyo principal asunto era una curiosa “denuncia” hacia las carmelitas: “Y como dichas madres carmelitas en este año (1771) principiaron novena a la Virgen, piensan en el último día de ella sacarla en procesión bajo el permiso de V. I.”.
       Como se puede apreciar, se nos proporcionan algunos datos de extremo valor: se sitúa en fecha exacta la celebración de la primera Novena dedicada a nuestra Madre Santísima en este monasterio: del 7 al 16 de julio del año de 1771, es decir, once años después de fallecida Madre María Antonia de Jesús. Así como la primera procesión solemne que se efectuó al término de la Novena, por las calles aledañas a nuestra Iglesia. Lo cual no puede por menos de sobrecogernos agradablemente, al pensar que desde ese momento, se ha venido realizando ininterrumpidamente este mismo Acto de devoción, siglo tras siglo, hasta el día de hoy, siguiendo exactamente el mismo orden de desarrollo. Con razón podemos comprender que la romería, que en la actualidad ha cobrado formas que rebasan con mucho una sencilla celebración en honor a la Virgen del Carmen, es una gran manifestación popular comarcana donde la Presencia de María, tan notable, se derrama en lluvia de gracias y bondades quasi-sacramentales, si se nos permite hablar con poca exactitud teológica, pero con mucha admiración espiritual… 
       Y no hay mejor prueba para avalar todo lo hasta aquí expuesto, que una pequeña muestra gráfica, que aquí les presentamos, atención de nuestro querido don José Pena, gran entusiasta anual de nuestras fiestas patronales. Por nuestra parte, desde nuestro modesto Blog, y con todo nuestro agradecimiento,les deseamos

¡muy feliz y alegre fiesta en todo el mes dedicado
a Nuestra Madre Santísima del Carmen!

N. Parte de esta documentación la hemos recabado de un artículo del Prof. D. Enrique Fernández Castiñeiras, publicado en la Revista de la Real e Ilustre Cofradía Numeraria del Rosario, Santiago, 13-18 de octubre de 1997.

¡Comenzamos la tarde con el rezo del Santo Rosario
ante la Majestuosa presencia de Jesús sacramentado!
¡Los puestos de rosquillas no pueden faltar
proporcionándonos su aire de romería!
¡Tienes la belleza del Líbano, del Carmelo
y del Sarón! ¡Tú eres toda hermosa,
Santa Madre de Dios!
El precioso Estandarte bordado
"por nuestras mayores", reposa ante
el Altar de San Juan de la Cruz




¡Desde niña me enseñaron a querer
a mi Madre del Cielo, la Reina del Carmelo!
¡Los buenos músicos de la Banda Municipal consiguen
henchir de nobles sentimientos nuestras almas orantes!


¡Atráenos, Virgen María, correremos tras el olor
de tus perfumes! ¡Salve, Reina, a ti la Gloria y el Honor!



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