¡Así son las sorpresas de la Virgen...!

- "¿Quién es Anxo?", preguntábamos a nuestra Madre priora las hermanas durante la recreación de la noche, la Víspera del día en que se iniciaba la Novena a Nuestra Madre del Carmelo...

Anxo es un seminarista que está cursando el tercer año en nuestro Seminario Mayor Compostelano, y que se presentó en nuestro torno el día 6 de julio. Venía a comprar Formas para la Eucaristía de parte del párroco de Mazaricos, oriundo, al igual que él, nada menos que de tierras africanas: Costa de Marfil.

Cuando la tornera le preguntó su nombre, sabiendo que se trataba de un muchacho extranjero, se quedó divertida al oírle decir muy resueltamente: Me llamo Anxo. Luego le explicó que a él le gustaba la inculturación y que aquí en Galicia todos le llamaban así, cosa que le gustaba mucho.

Con este simpático episodio, la Virgen nos estaba preparando una gran sorpresa... Este año, nuestro colaborador y cuidador de la Iglesia no iba a poder estar presente durante esos días, por lo que a Nuestra madre se le ocurrió proponer al rector del seminario, al que tanto apreciamos y tratamos, don Carlos, si podría "prestarnos" a Anxo para hacer este papel durante toda la Novena, incluso sirviendo en el altar al sacerdote presidente -Don José Sánchez Piso-, y rezando el Rosario que precedería la Eucaristía todos los días.

D. Carlos, el rector, no sólo aceptó, sino que sumamente agradecido, nos dio su "placet"...

En cuanto al seminarista Anxo..., ¡cómo se alegró! Es un joven muy piadoso, muy profundo, y le encanta el trato pastoral con la gente. Aceptó encantado, y demostró ser detallista y responsable en cuanto se le encomendaba.

Se estarán preguntando en qué irá a parar esta historia de nuestro seminarista Anxo, desde ahora ya muy querido de las carmelitas, que hemos visto en él una sonrisa de la Virgen, una "caricia marina" de la Reina de los Mares...

Pasado el primer día de la Novena, le preguntó a Nuestra madre si al día siguiente podía cantar un canto a la Virgen... Nuestra Madre, algo sorprendida, le dijo que sí... Nosotras comentábamos: será algo de su tierra que a él le da mucha devoción... Y con su pizca de broma, decíamos que sería probable que fuese un son movido y ruidoso, típico africano, pero que la Virgen se lo tomaría con tanta ternura...

Terminado de rezar el santo rosario, pues, Anxo, desde el ambón, hizo sonar desde su móvil una música de orquesta suavísima, deliciosa, que llenó de inmediato la excelente acústica de nuestra Iglesia. Y con este fondo musical, entonó, ante los oídos sobrecogidos de cuantos estábamos en el templo, un impresionante AVE MARÍA, el Ave-María de Shoubert, con una emisión de voz nítida y envolvente, que ponía en evidencia que estaba cultivada, como venida de un conservatorio.... Junto a esta preparación musical, se apreciaba una gran expresividad personal que él aportaba, de tal manera que al terminar su "ópera", tras un segundo de estupor, irrumpieron los aplausos hacia este sencillo y humilde seminarista de Costa de Marfil, que de un modo modesto y sin pretensión alguna, ante el apremio de Nuestra madre a que lo hiciese el resto de los días, fue espigando nuevos cantos del mismo tenor: se sucedieron así piezas de Ave María de los más destacados autores clásicos.

El último día de la Novena, cuando ya estaba en pleno dinamismo la afluencia de gente de toda la comarca, haciendo su "romería al Carmen", le dedicó a la Imagen Procesional de la Virgen, allí presente, una última canción. Le dirigió el Canto de la Salve Marinera. Y es justo este momento el que queremos compartir con ustedes, para deleite y mayor fervor hacia la Virgen, Patrona de los Navegantes... Pedimos disculpas por la precaria calidad de la emisión del sonido y de la imagen. Ha sido tomada de manera informal por un amigo muy cercano a nuestra comunidad, que sabía nos daría gusto con este video...


¡Gracias, Anxo, por este admirable don, 

puesto al servicio de tu inmenso amor hacia la Virgen, 

que nos has permitido compartir  y saborear!  

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