Finalizamos este mes de Julio -que para la familia carmelitana es el mes mariano por excelencia-, con un breve resumen visual preparado con tanto cariño por una hermana de nuestra comunidad. En él se reproducen escenas vividas el último día de la Novena, el de la "romería" propiamente dicha, donde, tanto el ambiente exterior del monasterio, como el del interior del templo, invitaba a una meditación tranquila y espiritual, en la compañía de tan Buena Madre, y de tan buenos hijos: todos en torno a la Eucaristía, el "Fruto del Vientre de María" hecho Comida y Bebida para estar con nosotros "hasta el fin del mundo"...
Nuestro último agradecimiento no puede por menos de dirigirse al Rdo. Padre Don José Sánchez Piso. Gracias a su dinámica, profunda y amena presidencia de las Eucaristías durante toda la Novena, no nos ha faltado esa doble "Comida", "Pan de la Palabra" y "Pan del Cuerpo y la Sangre del Señor"...
El hilo conductor que fue guiando toda su exposición en las homilías se basaba en la alegoría -entresacada de las Sagradas Escrituras- de un río rebosante de frescura, Amor y Gracia, que mana desde el Edén, atravesando todas las experiencias de los Profetas, los Patriarcas... Un Manantial del Amor de Dios que no se detiene en la historia de Israel, sino que se prolonga en el escenario de la Liturgia Celeste que nos describe el Apocalipsis, desembocando en la concavidad de nuestras almas, llenándolas de Vida y de frutos de eternidad... Con este espíritu de celebración y de fiesta, nos asomamos a este bonito recuerdo -imagen y sonido al mismo tiempo-, agradeciendo tantas delicadezas, que guardamos como un tesoro de comunión entre la Reina del Carmelo y la intimidad de nuestro corazón.
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