¡Una muy grata visita de hermano!

En el pasado día de anteayer -19 de octubre-, a su paso por tierras gallegas, hemos tenido la gran alegría de acoger entre nosotras a nuestro Padre Provincial (P. Antonio Ángel de la Cruz Gloriosa, O.C.D.), al que esperábamos con gran contento por esta providencia de poder compartir con él una tarde, en fraterna comunión. En nuestra antigua sala capitular se efectuó este encuentro, en medio de un clima hondamente carmelitano, donde hemos escuchado con interés sus experiencias desde que ha sido nombrado provincial, en el pasado mes de Julio.

El Padre Antonio Ángel no es la primera vez que visita la Casa de nuestra Madre María Antonia. En 2018 dirigió nuestros ejercicios anuales con sus meditaciones y su talante de buen comunicador, a la vez muy espiritual, pero también lleno de sentido práctico y de hondo humanismo. Coincidió esta primera estancia en nuestro Carmelo con el fallecimiento de nuestra querida Hermana Paz de la Santísima Trinidad, acontecimiento que pudimos sobrellevar con paz y esperanza gracias a su presencia sacerdotal, que acompañó los últimos momentos de la Hermana, así como todo el ritual carmelitano del traslado al coro y de su sepelio, presidido por el Padre con mucha devoción y hondura teologal.

En el día de ayer, nuestro encuentro revestía un ambiente más festivo. Hemos encontrado a un hermano, detallista, orante, sencillo y delicado. Hombre de experiencia de la vida y de los caminos que atraviesan las personas en su avance hacia Dios, experiencia más llamativa debida a su joven edad. Agradecemos al Padre Provincial esta gran cercanía, cálida y amable, que nos ha demostrado, y sus manifestaciones de agrado incluso hacia la estructura y belleza de la construcción del monasterio. Pensamos que la Madre María Antonia, que tanto gozaba con la asistencia y disponibilidad de los padres Carmelitas, se habrá sentido tan contenta como nosotras de esta oportunidad de intercambio.

Le pedimos a ella que nuestro Padre Provincial pueda seguir ofreciendo su servicio de animación y de apoyo espiritual a esta gran Provincia Española que en él deposita su confianza y su simpatía. Tratándose del segundo día que dedicábamos a celebrar la Novena de la Santa Madre Teresa, no podíamos encontrar mejor lugar para “inmortalizar” este encuentro que la imagen de la santa primorosamente engalanada en el coro bajo.

Al día siguiente, sábado, pudimos participar de su Eucaristía, celebrada con gran belleza y dignidad, “con alma”, lo cual nos ha permitido orar juntos y agradecer juntos el pertenecer a la “Viña de Teresa”, sin olvidarnos de traer al altar a todas las personas que viven igualmente y simpatizan con nuestra hermosa espiritualidad.




¡ Muchas gracias,  Padre Antonio Ángel, hasta que Dios provea otra oportunidad!

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