Adentrándonos con más anhelo en el corazón del Adviento...

 Acabamos de atravesar la segunda etapa -si así podemos seccionar este tiempo de preparación a la Venida en Carne de Cristo-, y la segunda luz de la Corona de Adviento nos acompaña en nuestro deseo de adentrarnos más cada día en el espíritu de esta preparación de gracia.

Queremos presentarles algunos de los ejercicios de devoción y de incentivo espiritual para que también los consideren herramientas apropiadas para practicar ustedes, cualquiera que sea su condición, edad, latitud, credo.... En todo ser humano existe esa necesidad existencial de comunicarse con lo Trascendente, con el Trascendente, aunque se le denomine o se le busque desde tan diversos aspectos religiosos o existenciales.

El año pasado, les explicábamos una de estas prácticas muy arraigadas en el Carmelo, al menos en el Carmelo de nuestra querida M Mª Antonia: el sorteo de las suertes o cedulillas para preparar la canastilla del niño en la Navidad.

Pensando en ustedes, para que se sientan acogidos en el mismo reto espiritual que nosotras, del sorteo salió la Ofrenda, como "Suerte" que, haciendo un poco de indicadora de lo que a Dios le agrada, nos invita a poner por obra con gran amor las virtudes que nos señala.

Aquí dejamos la papeleta salida del sorteo, recordando algo teológicamente importante: cuando se habla de los votos que le ha ofrecido la religiosa el día de su Profesión al Señor, debemos ampliar el significado, y orientarlo hacia los compromisos bautismales, que permite sentirse a cada bautizado portador de esa Ofrenda, que se menciona en la cedulilla navideña.

¡Pongamos mucha ilusión en cumplir esta invitación y practicar con la transparencia de aquellos pastores que llevaron sus ofrendas a Belén nuestra pequeña o grande ofrenda, que no la verá nadie, pero Dios sí que la ve en lo escondido... ¡Seguimos adentrándonos en la anhelante espera del Salvador!


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